Betis en recomposición
El Betis, posiblemente en Europa, se enfrentará a partir del mes de junio a una nueva y profunda reestructuración deportiva que afectará muy probablemente a la mitad del plantel verdiblanco. Muchos jugadores se marcharán y otros llegarán, pero el equipo tendrá que rendir, dentro de sus posibilidades, evidentemente.
Muchos aficionados verdiblancos, y algunos agoreros, prevén algo así como una hecatombe ante la posible marcha de Beñat y Adrián, la más que segura de Cañas, el fin de las cesiones de Pabón, Juan Carlos, puede que de Campbell, el fin de contrato de Fabricio y Casto... Realmente, cambio drástico sí que supone para un equipo cambiar tantos jugadores por otros de año en año. Y quizás no sea lo más recomendable.
Pero curiosamente, el mayor peligro, ese mismo, el de cambiar la fisonomía del plantel un curso sí y otro también, se ha convertido en el único modo posible de vida de este Betis, ingenioso modo de vida, cabría decir.
Realmente, y va siendo hora de que las bases queden sentadas y claras, el Betis no tiene dinero para retener a Pabón, ni para obtener los servicios de prometedores futbolistas como Campbell si no es mediante cesión, ni para aguantar a Beñat si Beñat no quiere aguantar, ídem con Cañas. El Betis, este Betis, es un Betis austero, que ha decidido, condicionado económicamente, no gastar ni más de lo que tiene ni más de lo que genera. Y ante esa austeridad en el gasto lo que le queda es el recurso de recomponer plantillas año a año, porque hay jugadores que crecen económicamente que no están en sus márgenes y porque las cesiones se acaban.
Alguno podrá opinar libremente que de esta forma el Betis difícilmente dará un salto de calidad tal y como para esteblecerse de verdad en un alto nivel real, en un nivel de privilegios deportivos que le permitan luchar por cotas poco vistas anteriormente, en la creme de la creme de la Liga.
Pero el mismo proceder tiene la lectura inversa, la de no permitir que el Betis, si no las altísimas cotas, tampoco frecuente el inframundo económico del que ha salido hace no mucho. Seguramente, la realidad económica actual recomiende más lo segundo que el riesgo de los primeros sueños grandilocuentes.
Eso no quita, evidentemente, que esta fórmula de recomposición bética entrañe riesgos. Y tantos. Los cedidos pueden no ser productivos, los jugadores pueden no estar comprometidos y, en definitiva, una de esas recomposiciones no tener como consecuencia un buen rendimiento. Para ello hay responsables que hasta el momento sacan buena nota, Pepe Mel y Vlada Stosic.
Así pues, quizás la recomposición siempre tenga que partir de ellos para que tenga éxito. Y así pues, quizás, tras varios años de seguridad deportiva y económica, haya que pensar en ir un paso más allá.
Pero de momento, lo aconsejable es dar pasos cortos, no aventurarse en riesgos económicos y andar sobre seguro. Porque posiblemente ese sea el mayor y mejor paso que se pueda dar en el Betis actualmente. Cortito, y al pie.
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