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Betis, mejoras de base

El Betis ha demostrado que, al máximo nivel, está realizando un gran trabajo. Tiene al primer equipo magníficamente colocado en la clasificación, con Europa casi amarrada, por encima de las expectativas iniciales, se han corregido las irregularidades sociales y económicas y el club marcha con paso firme. Pero no debe descuidar algunas fisuras.

Esas fisuras vienen al albur del éxito del primer equipo. Se ocultan, cabría decir. El Real Betis se ha embarcado en un ambicioso proyecto, Heliópolis. Bonito proyecto, para el que además se están dando los primeros pasos desde más abajo. Porque, en contra de discursos facilones y algo demagógicos que relacionen Heliópolis con resultados actuales, como el fracaso del filial o la no continuidad de algunos canteranos en el primer equipo, ese proyecto del club empezará a dar frutos, esa es la intención, dentro de cuatro años. Será entonces cuando los jóvenes jugadores formados bajo esos nuevos parámetros de formación empiecen a sacar la cabeza.
Hasta entonces, el Betis tiene una difícil papeleta. Un complicado panorama en una cantera venida a menos que ya no compite con los mejores en muchas categorías y que se ha visto huérfana en un páramo entre la vieja guardia y la saliente y la actual. No ha sentado bien a las bases canteranas verdiblancas tanto cambio de personal y fliosofía en estos dos últimos años.
Y realmente sería un error pensar que todo lo solucionará Heliópolis, porque hay cosas que no son ni causa ni solución de este magno proyecto.
He aquí, pues, la tesitura del Betis con la cantera. Lo que hasta el momento han sido parches a la espera de la buena nueva debe ser una transición, pero una transición que se conjugue con el futuro. La línea marcada por el consejo bético con la cantera, dejando de lado a algunos exjugadores, formados o no, y apostando por un perfil más profesionalizado y menos experimentado quizás debiera tener flexibilidad, quizás debiera atender políticas más deportivas y menos 'gestoras'.
Porque hasta que llegue el proyecto Heliópolis, el de verdad, el que haya formado jugadores en unos valores y en unas condiciones concretas, se atisba una indefinición peligrosa que además puede dejar huérfano de canteranos valiosos al primer equipo. Tras la hornada que ya se va asentando con Pepe Mel hay un vacío, a veces llenado por mitad canteranos mitad fichajes, como Vilarchao, pero vacío al fin y al cabo.
Y la competencia lleva ventaja en ese aspecto. El Betis debe tomárselo en serio y, antes de avanzar hacia el futuro con Heliópolis, quizás pararse en la ciudad deportiva.
 

 
aramirez@eldesmarque.com

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