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Lo de Nadal

Redacción local

La Platea de Juanma G. Anes
(Huelva Información)
 

El día que deje de ganar o, al menos, empiece a no ganar tanto, algunos le llamarán fracasado, inútil e incluso serán capaces de dudar de su honestidad cual acomplejadoguiñol francés, porque si en algo destaca la piel de toro es en pisotear sin piedad a loshéroes cuando estos ya andan tocadosPero hasta que ese momento llegue (quellegará), lo de Nadal será único, bestial, incomparable. Y dos mil adjetivos más.
 
Se ha dicho tanto de él que es casi imposible ser original esta columna no aspira a serlo. A finales del año 2001 en Madrid, trabajando en otros lares, me chivaron para un reportaje que elaboraba sobre la nueva ‘Armada Española’ que se avecinaba que un chavalín de Mallorca tenía pinta de ser ‘el nuevo Ferrero’ –en aquél entonces, Juan Carlos era nuestra referencia tras la conquista de la primera Davis-. Ya ven si mi fuente se quedó (lógicamente) corta en el halago, porque no es que haya dejado en el limbo a Ferrero, es que se ha convertido en Michael Jordan pero con una raqueta en la mano. Por cómo gana y por cómo asume la derrota al sucumbir, que es lo que le hacemás grande, cada palabra que suelta deja en ridículo a esos falsos modestos que, al primer contratiempo, han mostrado su patita llena de inquina por debajo de la puertapor muy bajito que hayan hablado siempre.
 
Desconozco si es su tío, su padre o la bendita madre que le parió la que le ha educado de esa exquisita manera, pero lo único que sé es que un genio que lo ha logrado todo y que dice con orgullo haber llorado con éxitos de otros compañeros patrios, casi que se merece una estatua en cada pueblo de España…. salvo en el del director de ese panfleto llamado ‘Avui’, claro, que tituló ‘Final catalana’ por el duelo entre un balear y un valenciano el domingo en París. Pues eso, que se siente, lumbreras. Un lujo que seas así, un placer, don Rafael, que seas español.


 

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