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Una lanza por Unai

El partido del Sevilla en Valencia ofreció un repertorio importante de fallos en el equipo nervionense. Y quizás los errores más llamativos estuviesen en el banquillo. Unai Emery tomó decisiones difíciles de entender y el resultado fue nefasto. 

El técnico vasco se la jugó de forma no inexplicable, porque su decisión la explicó, pero sí incomprensible. Más allá de la alineación titular, quitar a Gameiro del campo, quedarse sin delanteros y sin presencia arriba y tener que corregir sobre la marcha, con el resultado en contra, su propio desaguisado fue realmente llamativo.
Dicho esto, y justo en el momento en que el de Hondarribia está en la diana de todo debate y crítica tras las cinco primeras jornadas de la Liga sin ganar, nos atrevemos a opinar que Unai Emery es el mejor entrenador que podría tener en estos momentos el Sevilla. Y realmente, expuesta ya la balanza de sus errores, cabe también examinar algunos atenuantes.
Es un argumento tan evidente que casi debe sobrar, pero lo cierto es que el Sevilla ha cambiado medio equipo. Eso no es justificación alguna para haber sumado tan solo dos puntos de 15, pero es oportuno tenerlo en cuenta en los análisis. El equipo sigue dejando evidencias de una falta de compenetración alarmante en algunas fases del partido. Los jugadores apenas se entienden y falta sincronización no ya entre un par o tres futbolistas, sino entre la mayoría de ellos. Resulta complicado que tras una recomposición así el equipo funcione con automatismos y de forma eficiente.
El conjunto hispalense ha apostado por un proyecto a tres años, según su propio presidente, José María del Nido. Bajo este patrón de evolución se ha apostado por un equipo realmente joven, con jugadores sin experiencia en la Primera división o en España. El encuentro de Valencia fue una evidencia palpable de que el futuro, en algunos casos, dista demasiado del presente.
Si el proyecto es a tres años, lleva implícito un tiempo de espera notable. Por las razones antes expuestas, evidentemente. Por tanto, la paciencia debe ser un elemento que también destaque en este Sevilla, con sus límites, claro, porque el entrenador tiene una parte importante de responsabilidad y debe igualmente a empezar a dar más de sí.
Hay puestos del equipo hispalense cubiertos con cantidad, pero que, al menos comparado con la anterior etapa, han perdido en calidad. El caso ejemplar es el del centro del campo, donde realmente no existe el hándicap de las lesiones, como en la defensa, y sí el hándicap de una pérdida evidente de potencial. Kondogbia y Medel eran indiscutibles para Emery porque le proporcionaban algo que ahora no tiene, presión y salida, defensa y ataque, llegada y agresividad. En Inglaterra los llaman 'box to box', de área a área. Con la marcha de ambos el Sevilla ha perdido esa característica y su centro del campo ha tomado otra fisonomía. Ni M'Bia ni Cristóforo ni Iborra tienen esa capacidad. Tendrán otras, sin duda, pero la medular nervionense ha perdido en capacidad.
Y esta circunstancia nos lleva a uno de los empecinamientos de Emery. De momento solo ve a Rakitic de pivote. La razón, no quiere desplazar a Marin de la mediapunta y no ve a ninguno de los dos en una banda. En todo caso, cabe preguntarse cómo pierde más el equipo, si con Marin en un costado o con Rakitic en el centro del campo. El debate está muy abierto, y seguramente dependa del rendimiento de todos ellos, tanto de Marin en la mediapunta (casi desapercibido en Mestalla) como los jugadores de banda. Lo cierto es que a día de hoy ninguno de ellos, ni siquiera Rakitic de pivote, incluso Marin (el equipo sigue sin ganar) han demostrado aportar tanto al conjunto en su posición como para no poder ser alterada. Y por ahí podría llegar alguna de las soluciones para el equipo que dependen de Emery, por variaciones en las elecciones de futbolistas, e incluso en las posiciones y, por qué no, en el sistema. Porque, desgraciadamente, otras no dependen de él, como la tremenda bisoñez y fragilidad de la defensa, que solo es subsanable cuando vuelvan los centrales lesionados.
Además, hay ciertos jugadores que están ofreciendo dos caras y que conviene que alcancen más fiabilidad, desde el portero hasta jugadores que solo miran hacia arriba y se les hace casi imposible aplicarse en defensa. En eso también debe mejorar Emery, en la elección, pero sobre todo deben mejorar los jugadores, en la actitud.
En eso y en otras muchas cosas. Claro que Emery tiene que dar más de sí, mejorar y ajustar mejor el equipo. Pero esa labor, tremebunda cuando el equipo es prácticamente nuevo, viene dada por una honda renovación del plantel, así anunciada además. Por tanto, en estos momentos, lo único coherente en el Sevilla es esperar, tener paciencia y confianza. A Emery su trayectoria le avala y ha demostrado en España ser un técnico totalmente fiable. Ahora debe demostrarlo en el Sevilla y probablemente lo hará. El calendario se ablanda, las lesiones pasan y hasta las crisis se superan... si hay confianza.
 
 

 
aramirez@eldesmarque.com

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