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La Vuelta a Andalucía visitará esta semana la Dwars Door Vlaanderen


La Vuelta a Andalucía, más conocida entre los amantes del ciclismo en Bélgica como la Ruta del Sol, acaba de celebrar su 60 edición; un sesenta aniversario en el que se sustenta los cimientos de gran parte de la historia del ciclismo. Una historia muy importante escrita en parte por los ciclistas belgas.

Desde mediados de los años cincuenta, la caravana ciclista levanta su campamento en el mes de febrero en tierras andaluzas. Para los flamencos sigue siendo agradable disfrutar del sol de primeros de año. Muchos "Flandriens" utilizaban la ronda andaluza con objeto de prepararse para las demás Clásicas del "pavé". Johan Museeuw, Frank Vandenbroucke y Tom Boonen se encontraban a la Salida de cada etapa y exponían sus habilidades con distintas victorias de etapa.
A pesar de dichas victorias, los aficionados belgas llevaban esperando desde 1988 a un sucesor de Edwig Van Hooydonck. Jurgen Van den Broeck ha apostado en los últimos años por la victoria, pero ha conseguido en tres ocasiones un segundo puesto a un puñado de segundos de los vencedores Alejandro Valverde (2013), Markel Irizar (2011) y Michel Rogers (2010).
Siete belgas están en la lista de honor. Tony Houbrechts fue en 1968 el primer belga que apuntó su nombre en la Ruta del Sol. En 1971 triunfó el talentoso Jean-Pierre Monseré, fue su última victoria. Unas semanas más tarde el desafortunado Campeón del Mundo tuvo un trágico accidente durante una carrera en la belga Retie.
En 1973 fue el turno de Georges Pintens. Más tarde Daniel Willems (1980), Marc Sergeant (1982) y Edwig Van Hooydonck (1988) seguirían su ejemplo. Pero el belga que tuvo mayor éxito en la Vuelta a Andalucía fue indiscutiblemente Freddy Maertens. Maertens ganó dos veces la Clasificación General, en 1974 y 1975, y obtuvo 12 victorias de etapa.
Para el joven Freddy Maertens la Ruta del Sol fue su gran lanzamiento al escenario ciclista internacional. El favorito y sucesor de Eddy Merckx ganó la Ruta del Sol. Pero Freddy también recibió su primera lección de humildad de parte de su Director de Equipo Briek Schottle. Cuando ganó en 1974 el equipo de Maertens, FLANDRIA, se reunió en el hall del hotel. No salieron de su asombro al descubrir que el director de equipo había pedido un taxi para llevar al aeropuerto exclusivamente el equipaje. Los corredores recibieron orden del veterano Campeón del Mundo Schottle de trasladarse al aeropuerto, que se encontraba a 60 Km, en bicicleta y vestidos de calle.
Anécdotas aparte, debido a la cada vez mayor profesionalización del ciclismo, nació hace cinco años un proyecto en Flandes llamado Flanders Classics. Un agrupamiento de varias Clásicas Flamencas bajo el paraguas de una organización. De esta forma a través de la colaboración, se consigue compartir ideas y sumar esfuerzos que permitan hacer crecer nuestras carreras y crear una marca consistente. Son pruebas ciclistas del siglo XXI.

 

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