La Platea de Juanma G. Anes
(Huelva Información)
Ni tengo el placer de conocerte ni me voy a poner ninguna medalla diciendo eso de que “siempre supe que llegarías muy lejos” porque, sinceramente, de bádminton sé lo justito y confieso que el único partido que he visto in situ en mi vida de ese deporte (hace ya muchos años) fue porque medio me obligaron. Pero sí me voy a permitir darte las gracias por ser una estrella cercana, un ejemplo deportivo de esos que tanta falta hacen por esta tierra. Lo que has hecho, señorita Marín, es sencillamente maravilloso; no se me ocurre otro adjetivo mejor para definirlo.
Que vencieras el domingo, Carolina, casi fue lo de menos, porque es tan fina esa línea que separa un triunfo histórico de un ‘papel sensacional’ que una derrota ante esa china, que parecía indomable, no podía haber ensombrecido jamás tu gesta. Y tu gesta, además del título mundial (esas palabras imponen sólo con nombrarlas) fue lograr emocionarnos, provocar que sufriéramos pegados a la televisión y hacernos disfrutar en la distancia con cada punto que obtenías como si lo hubiera ganado nuestro hijo, nuestra hermana o nuestro mejor amigo. A la admiración que toda España te ha dado en los últimos días tus paisanos le unimos un saco enorme de orgullo, un orgullo choquero de cantidades incalculables.
Para toda Huelva, para este rinconcito tan despreciado y pisoteado por muchos (incluso a veces por nosotros mismos), el alegrón que nos has dado es inmenso, una tremenda bocanada de aire fresco que quizás sirva para quitar algún complejo y que renueva la ilusión de muchos que trabajan en esta montaña rusa que es el mundo del deporte y, especialmente, el de cantera. Recordar la imagen de tus lágrimas mientras sonaban los últimos acordes del himno siempre nos pondrá la piel de gallina. Seguro que ahora hay muchos niños que quieren ser de mayor como Carolina, como Carolina ‘La Grande’. Te estaremos eternamente agradecidos. Felicidades, campeona.