El Sevilla FC y el Betis finalizan el año 2014 de forma muy opuesta. Los sevillistas terminaron la liga en quinta posición y lograron el título de la Liga Europa. Los béticos, descendieron a Segunda división con 25 puntos, firmando una de las peores temporadas de su historia. Pese a todo, hay aspectos positivos y negativos en cada uno de los equipos.
Comenzando por el Sevilla. El mejor recuerdo del año que llega a su fin sin duda fue la consecución del título de la Liga Europa. El tercero en las vitrinas de los rojiblancos, que revalidaron nuevamente el torneo que hizo grande a la entidad nervionense hace ya ocho años. Y más teniendo en cuenta cómo se logró. Con ese gol mágico de M'Bia en semifinales; con esa parada de Beto a Nono en el último penalti; o con esa remontada al Oporto tras perder en el Do Dragao. Vuelve a ser un año inolvidable para la hinchada sevillista.
Sin embargo, también hay aspectos negativos en este año. El principal, desde mi punto de vista, la mala gestión de las ventas en este verano. Primero está el 'caso Rakitic', por cuya renovación José Castro se 'tiraba a la piscina' al estar convencido de que llegaría. Acabó marchándose. Segundo, la salida de Alberto Moreno. La venta es extraordinaria, pero que se produjese el día de la Supercopa de Europa, impidiéndole disputar ese partido, dejó en mal lugar al Sevilla. Por último, y quizás la salida más dolorosa, la de Federico Fazio. Se produjo en los últimos días del mercado, y por la cláusula de rescisión, cuando desde la dirección deportiva se confiaba en que no ocurriese. Debió renovarse en su día al argentino, pues su marcha deja un vacío importante en la zaga.
Por otro lado está el año del Betis. Es difícil realmente realizar un comentario favorable a lo acontecido durante este 2014. Sin embargo, en este último mes parece haberse encontrado un cauce recto hacia el horizonte. El tiempo dirá si se trata o no de un espejismo, pero lo cierto es que la llegada de Juan Carlos Ollero y los cambios en el consejo, unidos a la contratación de Pepe Mel, vislumbran esperanza en el futuro del Betis. Tras el caos institucional y deportivo de los últimos años, los nuevos directivos prometen trabajo y esfuerzo para remontar el vuelo.
El peor recuerdo del 2014 sin duda es la imagen tan descompuesta que ha mostrado el club en todos sus ámbitos. Más que el descenso, lo preocupante es cómo se ha producido. Un equipo sin alma, una directiva sin ideas, y una afición desolada. Pese a que el presente curso no empezó excesivamente mejor, lo cierto es que la mano de Juan Merino ha permitido a los béticos encontrar firmeza en su juego, y encauzar cuatro victorias seguidas.
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