Es Noticia

No abdicó, Juan Carlos ha vuelto

Alejandro Vilas

Afortunados no, los carnavaleros son millonarios. “Poderosamente ricos” como un día dijera 'El Niño'. La sensación de haber vivido una actuación histórica era lo que se sintió ayer en el Gran Teatro Falla. La comparsa de Aragón hizo temblar al teatro con dos pasodobles antológicos. Antes cantó 'La comparsa Rosa', la chirigota del Cascana y la del barrio. En la segunda parte llegó 'Qué penita de comparsa', 'Los hombres de blanco' del Bocu y 'Los Fantasmas' del Yona. Pero el coliseo ya nunca terminó de recuperarse del golpe que 'Los Millonarios' asestaron antes del descanso. Se quedó el teatro frío, noqueado.

Después de una actuación así era difícil subir a las tablas y mejorarlo. Esa no era la intención de los niños desde luego. Aunque lógicamente perdían el factor sorpresa, en esta fase volvían a estar sobresalientes. 'Qué penita de comparsa' llegaba de nuevo con un repertorio fresco, con parodias nuevas entres las coplas excepto en el popurrí. La actuación estuvo a la altura de lo ofrecido en la fase anterior. Una lección de humildad en el primer pasodoble por todo lo vivido en preliminares, donde dieron un pelotazo estos chavales. El segundo es un pasodoble puro, como su forma de ver la comparsa. El homenaje a María la Yerbabuena vino de donde tenía que hacerlo. Justo, sencillo y emotivo. Luego mantendrían la línea con un popurrí que de nuevo volvía a poner la piel de gallina. Los de estos niños, no fue amor de una sola noche, lo volvieron a hacer. Aunque decían en el primer pasodoble que poco les importaba donde acabar clasificados, sería una delicia volverlos a ver.
En chirigotas cantaron 'Los Tragedias' con dos pasodobles de actualidad al cambio político y a la emigración vista desde dentro del propio grupo. Buena actuación en general. También llegaría uno de los grupos imprescindibles de la fiesta. La chirigota del Cascana no hace letras para concursar, su fin es la denuncia social y con esa idea vienen siempre al Falla, y a veces, como este año, logran hacer reir. La última chirigota fue la de Bocuñano. 'Los hombres de blanco' se encontraron con un público tremendamente frío. Algo que también les pasó con los Patxis en los cuartos del año anterior. La comparación con el pasado es el hándicap con el que cuenta un buen grupo el año después a un pelotazo. Aunque Los Patxis son inolvidables, con un humor más fino, la chirigota de este año trae un humor más canalla, más de aquí. Buena tanda de pasodobles. Grande el segundo recordándole a algunos que no son ellos los que han manchado la imagen de Juan Sebastián El Cano con la chirigota. Dos buenos cuplés y un popurrí con algunos cambios que mejoran el repertorio pero que no consiguieron despertar a un público que no supo aguantar una noche de coplas intensas.
Además de las dos comparsas de la noche también cantaron las del Yona y el Zoleta. Ambas cuajaron una buen actuación. El tipo de 'La comparsa rosa' sigue sin levantar pasiones, y a pesar de llevar una buena tanda de pasodobles, se contradicen al criticarse a ellos mismos en la segunda letra.
Pero el pelotazo de la noche lo dio la comparsa más esperada. La sencillez le ha llevado al pasado. Ha vuelto el Juan Carlos de las cosas claras y bien dichas. Con un comparsón de época, el autor se acercó más que nunca a la frescura de las letras de sus chirigotas. Aragón sacó del cajón el disfraz de sí mismo para ofrecernos una comparsa maravillosa. Fanáticos, detractores, puristas, martinistas, comparsistas de hoy... Todos encontraron la avenencia en los dos pasodobles de esta agrupación. Seguramente, los dos mejores del concurso hasta la fecha. El primero a Cádiz, de principio a fin. Una nueva joya para el Carnaval y la ciudad. Todo escrito sencillo y sin parafernalias. Todo muy de aquí. El pasodoble es largo, pero se hace terriblemente corto. Imposible quitarte la música de la cabeza hasta irte a dormir.Con un golpe ha destrozado la mesa y de paso, la igualdad que parecía que había en la modalidad. El segundo llega al corazón de todos los que aman el Carnaval. El Juan Carlos más feroz y poeta aparecía con una letra tan mágica como demoledora. Todo culminado con dos buenos cuplés y un popurrí musicalmente extraordinario. Una obra maestra. Cuando hay que decir las cosas, no hay nadie mejor que Juan Carlos.

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar