Lo merecido
La Platea de Juanma G. Anes
(Huelva Información)
Oía la pasada semana la siempre interesante tertulia baloncestística de mi amiga Manoli Chico en la que un contertulio se lamentaba de que las grandes empresas que pululan por Huelva no apostaran seriamente por el deporte en nuestra ciudad. Se refería, claro, a una apuesta de verdad, no a aquella que se disfraza de gloria pero que es una mera ayuda (estimable, eso sí) que no sirve de consolidación o crecimiento para un deporte o para un equipo en cuestión. El tiro iba lanzado, sobre todo, a las empresas del conocido hasta hace poco como ‘Polo Químico’: “ya que aguantamos lo que aguantamos al lado de nuestra propia casa, al menos, que saquemos beneficio de lo que nos tragamos, que es mucho…”, argumentaba la persona en cuestión.
Esa queja está, creo, muy extendida. Puede ser un asunto demasiado recurrente e incluso todo lo demagógico que algunos quieran hacer ver, pero cuando la mayoría de habitantes de esta pisoteada ciudad piensan algo parecido digo yo que por algo será. Pero no, aquí ni una empresa da el paso al frente en nada. ¿Para qué? ¿Acaso nos merecemos los onubenses una contraprestación como es debido por soportar esos gases, vertidos y olores que durante más de medio siglo nos acompañan? Pues seguramente no. No exigimos, no protestamos lo suficiente y, por tanto, nos lo merecemos. “Es que generan mucho empleo y mucha riqueza y Huelva depende mucho de esas empresas”. Ya, claro; se nota que prácticamente Huelva entera trabaja allí: los denigrantes índices de desempleo que hay serán, entonces, una invención de la prensa, cómo no.
Políticos y poderosos encuentran en esta tierra a gente amable, callada y sumisa. Un paraíso para ellos, vaya. Da igual que nos aíslen de Cádiz y Extremadura, que nos prometan continuamente el AVE, un aeropuerto, tres puentes sobre el Odiel o nos mientan con un rascacielos de chiste… o que en España se nos vea como uno de los lugares más contaminados del país por mucho informe ‘oficial’ que asegure lo contrario. Ni ‘Museo del Fútbol’, ni solvencia en bádminton, ni en el fútbol femenino… ni que el Decano del fútbol español se esté muriendo. Aquí miramos para otro lado, como cuando el cielo se nubla y hay quien aprovecha para lanzar más ‘perfume’ al aire. Eso sí, cuando está todo perdido, nos lamentamos. Ahí no nos gana nadie.