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Finaliza el mercado de fichajes, ¿delantero o grupo?

Joaquín Rasco.
Joaquín Rasco



En la pasada noche, instantes antes del cierre del mercado de fichaje, el tráfico en redes sociales se triplicaba, las heterogéneas opiniones llovían desde una ética de razón y como no, algunas que otras se emitían desde la ira por sus colores o sentimientos.

 
Pasadas las 00.00 horas, la sociedad compra periódicos, lee prensa digital y, sobre todo, es el tema de conversación en todos los bares, peluquerías, entre otros muchos lugares de estar. Uno de los temas a citar es la importancia de fichar al delantero estrella para nuestro club. Ese futbolista que llene de alegría y esperanza con solo leer su nombre, aunque jamás lo hayamos visto jugar.
Detrás de esas largas conversaciones, que hemos citado anteriormente, debemos de ser consientes que detrás del fichaje de un delantero con buen currículo, nombre o cara bonita, está el lastre de la negativa situación económica que atraviesan los clubes y entidades deportivas. Los dirigentes deben de convertirse en magos e ingenieros para cerrar todas aquellas movilizaciones en un competitivo mercado para satisfacer las demandas impuesta por el técnico y responsable de la plantilla. Todo ello, como decimos, con la mochila de la escasa movilidad económica en las operaciones financieras.
Y es así, fichar por nombre y con dinero lo hace hasta Florentino Pérez. Bueno, últimamente ni eso. Lo deja para el último momento y pasa lo que ha pasado. Lo difícil y complejo es la labor de profesionales que deben de confeccionar plantillas haciendo un difícil balance entre dinero, objetivos y resultados.
Están los aficionados que prefieren un delantero, un defensa, un portero, dependiendo la debilidad de cada posición según su criterio. Pero, ¿debe ser la posición del delantero centro una prioridad a la hora de modelar una plantilla? Sí para meter goles necesitamos un delantero, ¿quién hace el trabajo previo para que el balón llegue a la zona ofensiva correcta para que dicho jugador materialice ese gol? Metafóricamente, ¿Comenzamos a construir una casa por la zona alta? ¿Colocamos antes el techo que los cimientos?
Por otro lado, estadísticamente, en un partido de fútbol cada equipo tendrá 120 posesiones de balón. Sí un escaso porcentaje son acciones dentro del área, ¿debemos de tener un delantero goleador para así tener más probabilidades de éxito?
La grandeza de esta modalidad deportiva es infinita, y los pensamientos y análisis son incontables. Piensen, cavilen y sobre todo, disfruten de este bonito deporte.
¡Qué viva el fútbol!

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