En el Carnaval de Cádiz las vertientes y los gustos son incontables. Pero apenas se puedan encontrar aficionados que no reconozcan que José Luis García Cossio y Antonio Martínez Ares son los reyes de sus modalidades. Uno es inalcanzable en el humor y otro en los poemas. Por ello, a duras penas, la afición aguantó una dura noche de jueves para verlos. La sesión se hizo eterna pero había recompensa después del castigo.
El primero llegaba a eso de la 1:20 de la mañana. 'El Selu' aparecía con sus suegras para despotricar de su nuera durante todo el repertorio. El autor siempre rescata de cada cabeza esos personajes que vemos durante nuestra vida y que guardamos en nuestro subconsciente. Este año el tipo nace más de un tópico que de la realidad, de ahí que no estemos hablando de pelotazo. En cuartos la chirigota trajo dos pasodobles a la altura de lo que se espera de 'El Selu'. La nuera quiere salir en una chirigota en Carnaval, vaya tía más larga. Grande el primero. En el segundo hablan de donde se posiciona la nuera en cuanto a política. Ahí también chocan. Una es de izquierda y estas suegras se parecen más a Carmen Polo que a Manuela Carmena. Hasta ahí lo mejor del repertorio. Bajan el nivel en el cuplé y vuelven a retomar su esencia en el popurrí. El primer pasodoble de esta chirigota está por encima de 80% de las chirigotas del concurso. Ahora, para ganar el primero va a hacer falta mucho más. Habrá que esperar hasta semifinal.
El Selu se encargó de despertar al presonal y Ares tenía la misión de llevarnos hacia la otra vida. Merece la pena siempre esperar a este comparsa para vivir ese momento previo a la actuación. A pesar del cansacio, Ares siempre sabe a poco. Siempre queremos un poco más. Lo que mueve este autor ha permanecido inalterable durante tantos años de ausencia. Llegan estos barqueros con una presentación en la que relatan esa travesía antes de llegar a la Cádiz eterna. Todo con un despliegue de voces y poemas a alcance de casi nadie en la fiesta. En los pasodobles llega el Ares que muchos pedían. 'El Niño' deja de lado el drama para hacerle un canto a la vida y otro a la libertad de las letras en Carnaval. Ambos sublimes. En el primero este barquero ofrece un ramal de recuerdos y consejos para que todos aprendamos a vivir cada segundo de nuestra vida. Regalazo tanto para los que aman vivirla como para los que no. En el segundo Ares saca el hacha y lo clava en el centro de los poderes políticos. En la democracia de las condenas de cárcel por 140 caracteres, este pasodoble sería cadena perpetua. Pero saben los que mandan que Cádiz no se calla, ni callará en la vida. Ares lo deja bien claro en otra pedazo de letra. La música tiene un trío que te vuelve majareta. Cambia de registro al final, se vuelve tenebrosa justo cuando el barquero llega a la orilla del pasodoble. Al final del mismo se escucha hasta la brisa del mar. Cuplés simpáticos y un popurrí de otro planeta. Cinco horas y media de espera para esta delicia que duró un suspiro. Es tan obvio, que parece absurdo decir que hablamos de una comparsa maravillosa. Lo único que se puede discutir acerca del maestro es si te entró a la primera, a la segunda o a la tercera. Mañana amanecerá de nuevo y esta comparsa te enamorará en algún momento. Verdades de la rutina diaria y carnavalera.
Antes pasaron por escena el cuarteto de Joselito que realizó un buen pase con 'Los del patronato' y que tendrán que apuntar muy alto si quieren desbancar al cuarteto de 'El Gago'. También cantaron las chirigotas 'Los Kunfundíos' y 'El hombre que susurraba a las almohadas'. Ambas pasaron de puntillas con un repertorio digno de cuartos de final y no de mucho más. Actuaron también los coros 'Arría la carna' de Zamora y 'Los graciosos' de Guimerá y las comparsas 'Los de la charca' y 'Los incondicionales'.