Un respeto a la afición y a la prensa. Las últimas declaraciones del entrenador Casquero y Carlos Calvo invitan a la reflexión. Y profunda. El equipo está en la zona baja de la clasificación después de más de dos meses de liga y parece ser que la culpa es de los periodistas porque “desde el primer partido parece que todo ha sido un desastre” -según Casquero- y porque hay que recordar a la afición que “este club ha estado tres años abandonados” -según Calvo-, y para qué queremos más, le faltó decir.
Pues sí. La suerte de Casquero es la suerte de todos, y si Lazo no hubiera estrellado dos balones al palo seguramente no se hubiesen perdido los dos últimos partidos en los minutos 86 y 88. Pero se perdieron. Y el Recre sólo ha ganado dos encuentros de los once disputados y ni los aficionados ni la prensa tienen que meter los goles. Igual debió no llegar el equipo a esas situaciones puntuales para haber sumado algún punto más. Por eso falta algo más de autocrítica en el Recre de Casquero. Porque al igual que hubo jornadas en las que se vio a un buen Decano durante 60 minutos, también es verdad que en 30 dio pena verlo. Todo se dice. Y los números están ahí. Nunca engañan. En once jornadas se han sumado doce puntos, los mismos que los equipos situados en descenso a Tercera división. La afición está en su derecho de pitar y protestar porque las cosas van mal. Y cada semana peor. Y si te silba, Casquero, no es porque está intoxicada por la prensa y sí porque más de 10.000 gargantas se vacían para animar a tu equipo. Endosarle el bulto a la prensa es insultar a la inteligencia de esa afición que igual que te pita, está dispuesta a aplaudirte en cuanto ofrezcáis un poquito.
Y esto no era lo que se esperaba. Tú, Casquero, dijiste en tu presentación que venías para “devolver al club al lugar que se merece”. Maldita hemeroteca. Y eso es hablar de devolverlo al fútbol profesional y no tenerlo al borde del abismo como está ahora. Ni la afición ni la prensa mienten al decir que el objetivo es estar arriba. No. Tú, Casquero, fuiste el rostro de la ilusión el pasado verano. La imagen del nuevo Recre. Y, por tanto, es obvio que estés en el ojo del huracán de todos. Para bien o para mal. De ese Recre que desterró al innombrable, de la llegada de nuevos futbolistas y de una nueva gestión económica y deportiva. También es verdad que estás tú, Casquero, muy sólo. Porque no te ha ayudado la cabeza visible del proyecto, Juanma López, al no tener la decencia de presentarse ante todos y vivir escondido bajo esas enormes gafas de sol en el palco del Nuevo Colombino, acompañado siempre por el alcalde Gabriel Cruz, artífice de salvar al Decano en el momento más crítico de su historia y responsable de hipotecar al Ayuntamiento de Huelva por las deudas de un club de fútbol.
Y, Casquero y Calvo, nadie tiene que venir a recordar a la afición los angustiosos años vividos. Y, ojalá, la suerte cambie pero este no era el guión soñado. Dos finales disputa el Recre esta semana y el Colombino dictará sentencia el domingo y ya algo se pronunció el pasado sábado. Más hablar en el verde y menos contar milongas.