Las noches de regresos vienen siempre envueltas de ese halo de mística y expectación que despiertan nervios y alteran corazones. Pasó antes con otros autores y seguirá pasando. Anoche, el turno fue el cuarteto del Morera, que volvía al teatro después de cuatro años sin concursar y que se postulaba como el plato fuerte de una noche que venía con más aderezos, a priori, que la primera sesión, algo más descafeinada y fría. Y el cuarteto, reforzado con la incorporación de un Iván Romero genial en su papel de Hannibal Smith, correspondió sobradamente la espera, representando al mítico “Equipo A”, pero en versión gaditana. Entre Morera/Fénix y Murdock/Meni se comieron el escenario y arrancaron risas y diversión, a pesar de algunos momentos deslavazados en el tema libre y de no pegar demasiado fuerte en cuplés. En cualquier caso, regreso por todo lo alto. A ver en siguientes pases.
Pero no fue el cuarteto lo único destacable de una sesión con más agradables sorpresas. La chirigota “¿Dónde meto el elefante en la casa de estudiantes?”, que ya causaron grata impresión el año pasado, arriesgó con un tipo de erasmus africanos - se ve que este año se le encendió la misma lucecita a varios autores -, y regalaron un repertorio divertido, bien interpretado y que deja buenas sensaciones de cara a un probable siguiente pase.
Otro plato fuerte de la noche, la agrupación “El rincón del duende” de Nene Cheza, completó un buen pase a secas. Un tipo bonito - pero que resultaba familiar - y un grupo que canta muy bien, pero que anoche dejó la impresión de que puede dar más. Veremos en las siguientes fases.
También destacable la comparsa de El Puerto, que con una conjunción de majaras y gitanos dejaron claro que vienen con ganas de dar guerra, al igual que Los Noctámbulos, la comparsa algecireña que también completó un pase bastante correcto y que puede entrar en las quinielas de repetir pase.
En el lado negativo, la chirigota de Burgos, “Los no aptos”, que el año pasado quedó última, pecó anoche de la misma falta de calidad interpretativa y de repertorio que en el concurso anterior. Pero, si el año pasado se fueron divirtiéndose y despertando simpatía, anoche se jugaron incluso el telonazo por la excesiva duración de la actuación, dando lugar además a la guasa inmisericorde del público y al enfado posterior del autor. Mala forma de despedirse del concurso. Cerró la sesión la chirigota de Alcalá “Los que van a su bola”, a los que no se les puede negar buena voluntad y algún acierto, sobre todo en pasodobles, pero que en general no dejaron sensación de poder repetir pase.