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Ya se murió Manué

Alejandro Vilas

El bizcocho salió del horno para el disfrute de los que aman las cosas bien hechas. Ni poco hecho, ni muy quemado. En su punto. Con que esa chispa de frescura que caracterizó a la gran revelación del año pasado.

'No te quemes todavía' exploraba con cautela tierras conocidas pero en un clima completamente diferente. Lejos quedaba la sorpresa y la ingenuidad del año pasado. Estos sevillanos hoy coqueteaban con las expectativas y la realidad. Y ante tantas creadas, trabajo. Muuucho trabajo. Había varios detalles que había que cuidar. Dejar a un lado a Manué y mantener el nivel sin perder una pizca del estilo. Para lo primero el autor optó por el colorido. Del negro sobrio del luto a un negro lleno de colores y de foam. Murió Manué. La puesta en escena no tenía nada que ver, pero la chirigota sí.
Luchar contra Manué era el mayor hándicap de esta gente. Llegar a la cima y tirarse rodando, o llegar y mantenerse de pie. Hoy 'El Bizcocho' competía con dos chirigotas. El recuerdo inolvidable y la realidad bajo los pies. Un público entregado por lo que hiciste y un mismo público capaz de 'sepultarte' por no llegar al nivel. La chirigota salió ilesa del trance. De un día harto complicado para carnavaleros poco acostumbrados a este tipo de exigencias. Se sobrepusieron a la noche con un repertorio gigante. Con una música de pasodoble sencilla pero que parece que va un poco más allá que la anterior. También volvió con la frescura tanto en las partes habladas entre copla y copla como con el segundo cuplé. El popurrí es lo único que no estuvo al mismo nivel que el resto del repertorio, pero eso ya era mucho pedir. Gran pase el de estos sevillanos en una noche que nunca olvidarán.
Complicada era también la papeleta del cuarteto de los niños. Volvían a las tablas tras el parón y con dos ausencias notables. Pero estos chavales se hacen grandes cuando las cosas más se le complican. Los niños volvieron a la sencillez y dejaron de lado personajes estrafalarios que suelen marcar los repertorios de los cuartetos modernos. Los niños fueron hoy más ellos que nunca. Con un repertorio cien por cien carnavalero, y una parodia interpretada sin respiro, estos tres chavales se metieron en el bolsillo al público con mucha poca vergüenza y unas tablas al alcance de muy pocos por aquí.
La noche también contó con una muy buena actuación de la comparsa de Conil, La Playa y con la aparición de una chirigota con muchas papeletas de llegar a cuartos, Las del Convento de Santa María la Yerbabuena. Además tanto el coro de Quico Zamora, como la comparsas de El Puerto (Los Guiritanos) y de Córdoba (La pasarela) hicieron de esta noche de miércoles una de de las mejores noches que llevamos de concurso.

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