El grito de ‘¡Unicaja, Unicaja!’ procedente de la grada, lanzado hacia el banquillo verde por los aficionados trasladados a Melilla y por parte del público local, dio las alas necesarias a los ahorradores para finalmente conseguir la gesta. Se cayó en el primer set, se venció el segundo, se volvió a perder el tercero y se recuperó el tono en el cuarto. El desempate estaba servido tras una auténtica montaña rusa y un choque de pasiones y rivalidad bien entendida, como corresponde a dos de los más grandes clubes del deporte español. El voleibol, con una magnífica final, dio un puñetazo en la mesa reclamando atención, siendo el que realmente ganó en un encuentro vibrante. Ya en el tie-break no importó que Teruel comenzase con 2-0, y aferrados al guion de Manolo Berenguel, debutante y campeón, con un Fran Ruiz sencillamente espectacular en ese tramo decisivo, la undécima se hizo realidad.
Lágrimas y abrazos en la expedición almeriense siguieron al último balón que dio el vigésimo noveno título nacional del club más laureado de la historia de España en lo que al vóley se refiere. No obstante, dos años de sequía consecutivos tras el triplete llegaron a su fin. Ronald Fayola fue el máximo anotador de la final, con 22 puntos, y el máximo bloqueador correspondió a Pablo Bugallo, con 4 tantos en su haber. En esa faceta del juego, Unicaja vio un reparto de puntos en sus efectivos. En cuando al saque, llama la atención el escaso número de aces, con tres para los verdes y uno para los naranjas, y sí el alto número de error, con 15 y 17 para cada uno. Hubo una gran igualdad en el porcentaje de recepción, así como en el reparto de los colocadores, compensándose la recepción negativa con el contraataque.
El primer set comenzó con un Unicaja concentrado, a diferencia de la última vez en la que ambos equipos se midieron, y el pulso se mantuvo con iniciativa verde y más tarde con naranja, pero sucediéndose las igualadas. Se concedieron algunos errores en el saque, buscando riesgo en ambas filas, y tras ponerse 9-10 con un bloqueo de Almansa, no se pudo continuar con la iniciativa, enlazando Teruel tres puntos hasta parar el partido con 12-10. La vuelta fue el momento clave, ya que después del 12-11 el cuadro de Rivera se marchó por primera vez con un 14-11 que, en una primera instancia, y con el saque de Macarro, se recortó. El madrileño erró y la posibilidad de empate se esfumó, llegando un momento delicado que no se supo manejar, lo que fue letal ante la consistencia turolense.
La brecha se abrió y la ‘guerra’ de opuestos sonrió a Villena frente a un errático Fayola para que el conjunto aragonés llegase a la veintena con el set totalmente controlado (20-14). Una finta de Viciana tras tiempo de Berenguel no sirvió para el enganche, como tampoco un ace de Monfort (21-17), respondido con tiempo por Rivera. El capítulo se cerró con un 25-18 gracias a un bloqueo de Bugallo y una vez más había que recuperar la confianza. Así se hizo en el inicio del segundo set, en el que otra vez el intercambio de puntos llegó hasta el 3-3. Unicaja logró en dos ocasiones sendas rentas de dos puntos (3-5 y 4-6) y Villena le cambió el papel a Fayola, concediendo puntos y saliéndose del partido.
La desconexión fue turolense y Unicaja, cómodo en su juego y con su opuesto en estado de gracia, avanzó de manera firme hasta una distancia amplia en el tiempo técnico (7-12), que incluso después hizo más ancha gracias al saque de Fran Ruiz y a la distribución de Víctor Viciana. Dos tiempos consecutivos del técnico naranja no rearmaron a Teruel, que prefirió pensar en el tercer set (12-22, 13-24 y 14-25 para acabar). Las buenas sensaciones mostradas por los de Manolo Berenguel eran un aviso de que este equipo sabe jugar, y que además había acudido herido en su orgullo, pero con la suficiente dosis de humildad para caminar todos juntos a la victoria o a una derrota con honor.
El tercer set fue un enorme espectáculo hasta el tiempo técnico, al que se llegó en medio de una preciosa lucha de buen voleibol entre ambos contendientes. Eso sí, como era de esperar, Teruel salió muy enchufado (4-1), pero los ahorradores se supieron dar la cara, igualando con una pipe de Almansa y un ace de Fayola. Con 10-8 Macarro cazó a Villena salvando una primera situación delicada, pero con el tiempo técnico marcando ventaja ‘local’ por 12-11. Lamentablemente para Unicaja, lo que sucedió después fue un calco del primer set, con el 14-11 y errores propios en ataque que allanaron el camino aragonés. Otra vez se intentó resistir pese a la desventaja (19-13), y cuatro puntos seguidos hicieron soñar, con Teruel también concediendo error. El final de set (20-23) fue bien manejado por el que defendía el título, siendo Ereu un gran campeón, y se estableció el 2-1 en el marcador parcial.
Era el primer momento de la verdad de la final, a un set de perder o de extender el partido, y Fran Ruiz comenzó con dos ataques consecutivos hechos punto (2-1). El juego psicológico de Villena ante sus excompañeros pretendió descentrar a los verdes, que sufrieron yendo por detrás en el marcador, pero sin descolgarse (5-4 y 6-5 y 7-6), gracias a varios errores en el saque turolense. Sí llegó el 9-6 en un fallo de recepción. El 10-8 fue un ataque de Fayola, que tenía que volver al partido, y el 10-9, con el venezolano al saque, fue un error de Villena. Otra vez opuesto contra opuesto. Borja Ruiz le bloqueó el 10-10, Fayola le defendió y Fran Ruiz elevó el 10-11 y el 10-12, todo con el venezolano apretando en el saque.
A la vuelta, con el opuesto otra vez enchufado y Fran Ruiz al saque se dio un tirón (11-15) y después se supo manejar el partido para llegar al tie-break (13-17 y 15-20), no sin que Teruel demostrase la pasta de la que está hecho para pelear y dar el máximo. Fayola cerró el 2-2 tras un free provocado por Viciana con su saque y el título estaba a pocos puntos de distancia. La ‘muerte súbita’ empezó con 2-0 de los naranjas de ataque y bloqueo, pero Unicaja igualó con los Ruiz. El 3-3 llevó a Fayola al saque, y Borja subió por el centro el 3-4 con ataque y el 3-5 con bloqueo. Viciana bloqueó el 3-6 y Teruel encontró la calidad y la experiencia de Ereu. El colocador almeriense volvió a bloquear para el 4-7, emulado por Almansa para el 4-8 y produciéndose el cambio de lado.
El capitán ahorrador no quiso ser menos capitán que el naranja, y subió el 5-9, peleando todo el equipo para al final perder el siguiente punto. No importó, porque era la actitud, y Fayola se sacó un enorme punto para el 6-10. No podía escaparse la ocasión tras tanto trabajo y de hecho así fue, siendo Fran Ruiz pieza clave en la suma paulatina de puntos y el protagonista del 10-15 final. Quedó claro que los dos equipos deben darse gracias mutuas por el hecho de existir, siendo la séptima final copera entre ambos y aun con balance favorable al cuadro aragonés por 4-3. Eso sí, Unicaja Almería sumó en su temporada 30 en la máxima categoría nada menos que el título 29, soñando con redondear tan histórica efemérides y nivelarla con el número de entorchados nacionales. Ese sueño cobra vida y por él se va a dar todo, conscientes de que será tan complicado como esta tan gustosamente saboreada Copa del Rey organizada en Melilla.
FICHA TÉCNICA
CV Teruel (2): Radunovic (8), Ereu (14), Bugallo (7), Fornés (12), Rangel (3) y Villena (19), más Aarón Gámiz (líbero). También jugaron Víctor Rodríguez (-), Jovanovic (-) y Colito (2).
Unicaja Almería (3): Fran Ruiz (13), Viciana (4), Borja Ruiz (11), Daniel Macarro (9), Jorge Almansa (10) y Fayola (22), más Álex Fernández (líbero). También jugó Javi Monfort (1).
Parciales: 25-18 (27’), 14-25 (24’), 25-20 (’28), 20-25 (28‘) y 10-15 (17‘).
Árbitros: Ángel Romero (Granada) y Carlos Robles (Valladolid). Amarilla a Rivera.
Incidencias: Partido correspondiente a la final de la XLIV Copa del Rey disputado en el Pabellón Javier Imbroda de Melilla ante un medio millar de espectadores.