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¡Oh CapiTino, my capiTino, qué creaste!

La comparsa de Tino Tovar, durante su actuación en preliminares (Foto: Lourdes de Vicente)

La cuarta sesión del COAC nos dejó un regreso esperado y que cumplió las expectativas generadas, así como el coro de Nandi Migueles como siempre un buen nivel, lo más destacado del día. Aquí va la crónica completa:

Abrió la sesión la Comparsa de Ronda, que con los Caricatos dejaron una buena sensación en líneas generales. Esta compañía itinerante lució un buen conjunto de voces en la presentación, un bonito piropo y una crítica para el exceso de tecnología que utilizan los niños ahora en día, buscan repetir el pase a cuartos del año anterior.

Tras ellos, llegaba el primer plato fuerte de la sesión. Tino Tovar regresaba al Falla tras un año de descanso. Un nombre que evocaba, sin lugar a las dudas, a Juan Carlos: ¡Oh capitán, my capitán! Pero que iba más allá del nombre, como ha querido decir Tino quería rendir un tributo, a su manera al carnaval y a sus coplas. Un tipo como de bufón y comediante, para rendir homenaje a los más grandes de nuestra fiesta. Muchos detalles en el tipo, incluso con un bastón con la cara de Juan Carlos y de Manolito Santander y una comparsa que se va a necesitar tiempo poso para ver todos los detalles. Una música puro Tino y una vuelta a lo sencillo y que nos recordaba a las primeras comparsas de Tovar.

En cuanto a las letras, en el primer pasodoble explicaba los motivos de su regreso y en el segundo un bonito homenaje a David Palomar, pregonero este año del Carnaval. Un popurrit con mucho contenido para redondear una buena actuación. Sin dejarnos respirar, a continuación, le tocaba el turno a la cabeza de serie de la función. El coro de Nandi Migueles, con Creaciones SA, hacía gala de sus señas de identidad. Una potencia vocal y buenas letras para mantener el ritmo alto en la sesión.

El resto de la sesión fue cayendo en picado y no será para el recuerdo. La chirigota de Chipiona aparecía tras el coro, con El de las llaves con sus muertos. Unas letras originales, pero no muy bien desarrolladas en los pasodobles y unos cuplets que no llegaron a conectar con el público. Les siguió la comparsa de Carmona: la Superviviente que con un mensaje ecológista y un tipo que evocaba a la madre tierra, pero que no termina de calar su mensaje del todo tras desarrollar la idea.

Tras ellos, llega la chirigota Las Eventuales, unos wedding planner muy particulares. Con un pase discreto, yendo de más a menos, aunque con varias cuartetas del popurrit que levantaron alguna risa en el teatro. Cerró la función la comparsa cordobesa Los traicioneros. Unas letras al tipo y una segunda de difícil entendimiento, con un teatro semi-vacío debido a las horas de la misma.

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