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Luis Valenzuela: "Hasta el 80% de las muertes prematuras por dolencias cardiacas podrían evitarse"

Luis Felipe Valenzuela, cardiólogo clínico.
Álvaro Ramírez

“Hasta el 80% de las muertes prematuras por dolencias cardiacas podrían evitarse”. La afirmación es rotunda y a la vez que encoge el corazón, nunca mejor dicho, lo alimenta de esperanza. La aseveración nos la hace Luis Felipe Valenzuela García, natural de Sevilla 1969. Es cardiólogo clínico e intervencionista acreditado, formado en los tres hospitales públicos de Sevilla, en la Mayo Clinic, Rochester, Minnesota, USA, el St. George´s Hospital Medical School, Londres y en la ACHD Leeds General Infirmary, Leeds United Kingdom. Aquello de experto en la materia se le queda corto.

Atiende a ElDesmarque en el Día Mundial del Corazón y nos habla en la importancia de la prevención vascular. “No se tiene en cuenta el poder de la prevención”.

-En ocasiones previas, le he oído afirmar que la prevención es “la gran desconocida” en medicina Cardiovascular. ¿A qué se refiere con ello?

-La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en todo el planeta. Tratar las enfermedades cardíacas es cada vez más posible, pero el mejor tratamiento es, siempre, aquel que no es necesario. La prevención cardiovascular es la gran desconocida y su poder es con frecuencia subestimado, particularmente antes del primer accidente cardiovascular. Hasta el 80% de las muertes prematuras por enfermedad cardiovascular se podrían evitar. La principal causa de fracaso y en consecuencia abandono de la prevención es dejar una considerable carga de riesgo residual por insuficiente control de los factores implicados. Para tener éxito en tan rentable empresa, es necesaria una medicina personalizada y de alta precisión basada en un amplio conocimiento y continua actualización.

-¿Se conocen mejor y se habla más de las intervenciones de corazón que de la prevención?

-Creo que sí. Los tratamientos, las cirugías, las intervenciones… son más espectaculares y nos llaman la atención, pero es posible adelantarse, y es mucho más rentable. Se requiere conocimiento, estrategia y disciplina.

-¿Es miedo o la dejadez lo que genera esa falta de prevención en la sociedad?

-Ni uno ni otro. La necesidad de prevención no se explica suficientemente. A pesar de los muchos programas de difusión, luego hay que concretarlo y esto requiere un esfuerzo por parte del profesional y por parte del paciente, que no puede hacerlo si no percibe la necesidad. Es importante motivar a los pacientes a lo largo del tiempo. La prevención cardiovascular es una carrera de fondo. No se trata de una intervención puntual. Para tener éxito, es fundamental educar a la persona y dedicarle el tiempo suficiente de forma continuada. para tener éxito. Todo el mundo tiene claro que hay que invertir en prevención secundaria (después del accidente, intervención o tratamientos) pero no es consciente de la rentabilidad de la prevención a lo largo del tiempo.

Luis Felipe Valenzuela, eminencia en cardiología clínica.

-¿Cómo concienciamos pues a la gente de la necesidad de la prevención?

-Lo más efectivo es sentarse y calcular su riesgo cardiovascular. De esta forma lo aprecia gráficamente y se motiva. Las campañas dirigidas a la población están bien y son necesarias, pero luego hay que ir a la persona concreta. La iniciativa corresponde a la persona, al paciente.

-¿Se pueden evitar las dolencias cardiacas?

-Cuando se controlan bien los factores de riesgo se reducen muchísimo, a no ser que haya una carga genética u otros factores que haya que identificar y manejar apropiadamente.

-¿Cuál es el valor del deporte en esta ecuación de prevención?

-El deporte y el ejercicio físico en general es beneficioso, pero sin una adecuada valoración cardiovascular previa y sin un enfoque global, integral y personalizado puede convertirse en un factor perjudicial o contraproducente. Es necesaria una evaluación cardiovascular antes de comenzar a practicar deporte de cierta intensidad por encima de los 35 años y en deportistas de competición. Por encima de todo, es una abordaje global y continuado, dirigido y personalizado para controlar todos los factores implicados, que se potencian entre sí. Descuidar alguno de ellos puede llevarnos a sorpresas evitables. Después de controlar todos esos factores de riesgo, hay que evaluar el riesgo residual concreto en el individuo y aquí es donde la genética y la valoración directa del endotelio tienen su indudable valor. Así pues, ejercicio SÍ, pero controlado en el marco de una estrategia global de salud.

"No vale hacer ejercicio para poder cometer excesos o descuidar otros factores de riesgo"

-O sea, que el deporte debe ir acompañado.

-Sin duda. No vale hacer ejercicio para “poder” cometer excesos o descuidar otros factores de riesgo.

Puerta, Jarque y el caso de Íker Casillas

-Ha habido casos de famosos deportistas fallecidos por problemas de corazón, Antonio Puerta, Dani Jarque… ¿Ayudaron sus casos?

-Ayudaron a poner en valor la prevención cardiovascular y la importancia de los cuidados inmediatos ante la pérdida de consciencia de causa cardíaca en los terrenos de juego.

-¿Se ha avanzado en ese aspecto en el deporte de élite?

-En algunos deportistas y también en no deportistas, puede haber lo que llamamos riesgo residual y un manejo convencional optimizado no siempre permite detectarlo.

-Tenemos el ejemplo reciente de Íker Casillas, ¿podría explicarnos su caso, qué le ocurrió?

-Ha sufrido una obstrucción aguda completa de una arteria coronaria, concretamente la CD que irriga una parte importante del corazón. Al interrumpirse el flujo de sangre (isquemia-anoxia) a las células, la mayor parte de las veces el paciente nota un dolor muy importante en el pecho con irradiación variable a espalda, cuello o brazos. El tratamiento consiste en restablecer el flujo sanguíneo y aquí “el tiempo es célula y vida”, cuanto antes mejor para el pronóstico a corto y largo plazo. Afortunadamente en el caso de Íker así ha ocurrido.

Iker Casillas, en una imagen de archivo (Foto: RM).

-¿Por qué ocurren estas obstrucciones?

-Las arterias coronarias se ocluyen por trombos o coágulos que en raros casos provienen de otras partes del sistema venoso o arterial y en ocasiones de las propias cavidades cardiacas, pero la inmensa mayoría de las veces existe una enfermedad previa generalizada de la pared arterial que también afecta a las arteria coronarias que irrigan el corazón. Aunque hay otros mecanismos, la enfermedad arterial es la llamada aterosclerosis en la que, muy simplificadamente, existe un aumento variable de lo que llamamos estrés oxidativo en la pared de la arteria, lo que le impide funcionar adecuadamente. Las arterias no son tubos inertes para llevar sangre, muy al contrario se trata de un sistema muy vivo y complejo que se encarga de la autorregulación de  básicamente, su calibre, resistencia y fluidez, para adaptar el flujo a las necesidades cambiantes de nuestra vida cotidiana. A veces la enfermedad es tan severa que la arteria se rompe y como consecuencia se genera un trombo/coágulo que es el que obstruye la arteria y provoca el infarto.

-¿Podría haberse detectado antes y evitado?

-La respuesta es no y créame que no se trata de corporativismo, a pesar de que no conozco su historia clínica personal. Es evidente que los deportistas actuales pasan rigurosos controles médicos de alta calidad. Su alimentación y cuidados son excelentes, mucho mejores que los de la población general y en este caso no existe duda alguna de que no hay consumo de ninguna sustancia que haya podido afectar al corazón. El manejo actual optimizado no siempre permite detectar un riesgo latente en pacientes como Iker, jóvenes sin historia familiar y sin factores de riesgo convencionales.

-¿Se puede hacer algo para mejorar la prevención en esos casos?

-Necesitamos implementar nuevos métodos para detectar el riesgo cardiovascular y no sólo a través de los factores de riesgo convencionales. Necesitamos la interlocución directa con el endotelio vascular (capa interior de la arteria en contacto con la sangre) que nos traduce el efecto nocivo neto y real que los factores de riesgo (los convencionales y los que aún no conocemos) tienen sobre las arterias. Cada paciente es único, tiene una susceptibilidad diferente que vienen condicionados en gran parte por su genética, pero sobre todo en el modo que esta genética interactúa con su estilo de vida.

"Cada paciente es único, tiene una susceptibilidad diferente que vienen condicionados en gran parte por su genética, pero sobre todo en el modo que esta genética interactúa con su estilo de vida"

-¿Cómo se puede mejorar la prevención en una persona concreta?

-Hay que ir hacia una cardiología personalizada en sentido amplio, empezando por dedicar mucho más tiempo a conocer a nuestros pacientes y no sólo desde un punto de vista clínico sino también de su personalidad, preferencias o necesidades en la esfera psico-afectiva. Hay que enfocar al estilo de vida, hábitos y prioridades transformando lo que puede ser nocivo. Pero esto no es suficiente, hay que complementarlo con el máximo rigor y conocimiento científico. Tenemos que incorporar las tecnologías más avanzadas para conocer su genética y su biología particular y lo que es más importante aún, cómo interacciona ésta con su medio y modo de vida habitual. Tenemos que orientar nuestros esfuerzos a conseguir una cardiología de precisión personalizada.

La dolencia cardiaca, ¿congénita o adquirida?

-¿Puede nuestro sistema público de salud dar respuesta a esta demanda de prevención primaria en el individuo concreto?

-Desgraciadamente, en el momento actual la respuesta de nuevo es no, incluso cuando la medicina y concretamente la Cardiología en España es de las más avanzadas del mundo. Nuestro sistema público y el de la mayoría de los países, está más enfocado al tratamiento y prevención secundaria. En general, no hay infraestructura pero sobre todo no hay tiempo para una atención personalizada. A pesar de los continuos esfuerzos y de las indudables mejoras conseguidas en los últimos años, con frecuencia llegamos tarde, es decir cuando ya se ha producido el evento o el daño es muy evidente.

-¿Son congénitas las dolencias o se adquieren con tipos de vida?

-Unas son congénitas y otras adquiridas. En ambos casos hay que conocerlas y detectarlas.

-La importancia de la valoración del tipo de diagnóstico. ¿Puede llegar a ser determinante en el tratamiento o incluso en la cura?

-El diagnóstico es esencial  para el tratamiento adecuado, pero el diagnóstico requiere dos pasos previos que van de la mano: el conocimiento y la sospecha clínica. Se diagnostica lo que se sospecha y busca activamente.

-¿Un consejo para este día Mundial del Corazón 2021?

-Considere su salud cardiovascular como un objetivo prioritario en su vida. Busque y encuentre a un profesional que diseñe una estrategia a largo plazo para Ud. y no le pierda de vista. No se preocupe y ocúpese en atender sus consejos para una vida más sana y un ejercicio físico seguro.

 

Luis Felipe Valenzuela García, natural de Sevilla 1969, es cardiólogo clínico e intervencionista acreditado, formado en los tres hospitales públicos de Sevilla, en la Mayo Clinic, Rochester, Minnesota, USA, el St. George´s Hospital Medical School, Londres y  en la ACHD Leeds General Infirmary, Leeds United Kingdom. Su actividad asistencial abarca la consulta general de cardiología y el diagnóstico e intervención coronaria percutánea. Sus áreas de mayor conocimiento son la disfunción endotelial y microcirculación coronaria en diabéticos, las cardiopatías congénitas y familiares y la prevención cardiovascular. 

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