Tras la regata, el piragüista ovetense comentó que "hicimos la regata perfecta, muy tranquilos en los primeros 500 metros, para subir progresivamente en el segundo tramo de la prueba", y explicó que "el K4 iba con fuerza para cambiar de ritmo en los últimos 200 metros pero no hemos podido demostrarlo, ya que a falta de 300 metros sentí un golpe en el timón".
"Intenté corregir el timón pero no teníamos paleta", explicó el palista quien calificó la rotura como algo incomprensible, ya que la embarcación "se dejó al fabricante dos días antes para que la dejara perfecta para competir".
Ante la falta de timón, la embarcación española se salió de su calle para impactar contra la de Portugal, que apunto estuvo también de tener que abandonar.
Después del infortunio, Hernánz cree que "se escapa mi primer oro en un Campeonato del Mundo", y se lo toma con filosofía "el deporte es así. Quizás más adelante".