El Juanfersa Gijón tuvo la victoria a su alcance ante el potente Granollers (26-28), en un partido sobresaliente de los locales y en un Palacio de los Deportes con casi 4.000 personas en sus gradas. Los rojillos dominaron toda la primera parte (15-12), pero la calidad del rival terminó imponiéndose en los últimos minutos. La actuación de los colegiados fue muy protestada.
El técnico Alberto Suárez apostó por un siete previsible, con Paredes y Potic y un acertado Pejcinovic en la primera parte. También los laterales comenzaron muy inspirados, anotando con facilidad desde los 9 metros con la zurda de Potic y la diestra de Paredes. Por eso, el Juanfersa dominó en el marcador desde el primer minuto, y a pesar de dos exclusiones de Paraja y Adrián Fernández en los minutos 5 y 8.
Con inferioridad los rojillos resistieron e incluso, con igualdad, aumentaron la diferencia tras un gol de Potic (10-7). Una ventaja que quedó en entredicho con la expulsión de Serdio, en una acción fortuita en la que golpeó en la cara a Álvaro Ruiz. Sin embargo, acto seguido y con inferioridad, Potic volvió a sacar su zurda para establecer la máxima ventaja (12-8).
Entonces, el Granollers reaccionó con un parcial de 2-0 que frenó Paraja desde los siete metros (13-10). Ya en los últimos minutos los dos equipos golearon con relativa comodidad, manteniendo la diferencia en el marcador tras el segundo tanto de Rial con el que se llegó al descanso (15-12).
En la reanudación la ventaja se quedó en nada de golpe, o lo que es lo mismo tras un parcial de 0-3 (15-15). No se vino abajo el equipo, ni mucho menos, respondiendo con dos goles seguidos de Adrián Fernández y Rial para el 17-15. Una diferencia, en cualquier caso, que volvió a volar tras otro parcial de 0-3, lo que originó la primera ventaja visitante (17-18).
A partir de aquí, ya con Nacho Fernández en la portería local, los ataques se impusieron claramente a las defensas para gozo de un público que se vino arriba. Con el apoyo de las gradas el Juanfersa recuperó el dominio en el marcador (21-20), aunque con el Granollers muy cerca.
Con este guión continuó el encuentro, con mínimas ventajas para uno u otro a pesar de la exclusión de Potic (24-25) y dos lanzamientos claros que no aprovechó Paraja. Pero, precisamente, en este momento de la verdad el conjunto gijonés comenzó a fallar y los visitantes todo lo contrario.
Por ello, con 25-27 a falta de cuatro minutos escasos para el final, Alberto Suárez pidió tiempo muerto. Y funcionó, sobre todo por la exclusión de Toledo y el gol de Paredes (26-27), pero no lo suficiente. Potic no logró hacer el empate cuando solo restaban 30 segundos y finalmente el Granollers sentenció en el último ataque (26-28).