Asturias se prepara para un nuevo confinamiento domiciliario, pero esto no es posible en el marco del actual estado de alarma, aprobado por el Gobierno Central el pasado 25 de octubre, que impuso un confinamiento perimetral en todo el Principado y que establecía el toque de queda nocturno y el máximo de seis personas en reuniones en espacios públicos o privados.
Ante el vertiginoso incremento diario de contagios, el Ejecutivo asturiano espera la reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud de la próxima semana para saber si será posible o no volver a confinar a la pobleción en casa. Para que esto sea posible, el Gobierno deberá aprobar un nuevo decreto de alarma sanitaria que incluya esa posibilidad a través de un mando único como en los inicios de la pandemia de coronavirus o delegando la decisión a las comunidades autónomas
Salud ha advertido a los ayuntamientos de que si las medidas adoptadas hasta ahora, con cierres perimetrales y el toque de queda, no dan resultado y la curva de contagios empieza a bajar, habrá que adoptar decisiones más radicales, con el confinamiento domiciliario en un horizonte muy próximo.
Fuentes próximas al Ejecutivo asturiano aseguraron que "se están agotando todas las posibilidades antes de optar por el confinamiento. Hay que esperar unos días para saber si las medidas adoptadas dan resultado o no". Pero lo cierto es que el confinamiento domiciliario ya está sobre la mesa, y con Gijón en el epicentro del problema.
La mayor dificultad que tiene el Principado se concentra en el área central, no solo porque es donde se condensa la mayoría de la población, sino también porque existe mucha movilidad e interrelación entre los habitantes de unos municipios y de otros.
Los concejos de Gijón, Oviedo, Avilés y Siero concentran la mayor parte de los positivos y también de ingresos hospitalarios, cuyo incremento está obligando a sus responsables a adoptar medidas excepciones para habilitar incluso espacios comunes.