"He sufrido todo el día. Es lo que hay. No se puede dar un salto de un día para otro. El martes sufrí muchísimo para no perder mucho tiempo en Sierra Nevada. No me guardé nada. Y hoy (por ayer) he ido justo. Aunque con la esperanza de ver si puedo recuperarme. Todo el mundo va cansado. Yo también. No me he visto bien. Ha sido un querer y no poder. No estoy como me gustaría" declaraba en la meta.
"Ahora mismo lo que siento es impotencia. Pensaba que iba a estar mejor en este inicio de la Vuelta. No me ha salido la preparación como esperaba. He sufrido algunos contratiempos antes de la Vuelta y el cuerpo no me va como esperaba. Confío en mejorar, pero milagros no hay. A ver si cojo un poco de aire. Hay que sacar la casta en los momentos malos", trataba de autoanimarse el de Galdakao.
"Ya llegarán otras Vueltas. Para luchar por el podio de esta edición creo que ya estoy descartado. Aunque espero que aún me queden oportunidades en alguna etapa. Y si no, pues vendrán años mejores. Todavía me quedan unas cuantas Vueltas", era el consuelo al que se aferraba un Igor Antón que partía entre la nómina de favoritos a la General, aunque no lo era para su director Igor González de Galdeano.