Tiempo, mi estimada Ainara, es lo que precisamente no sobra en ningún orden de la vida y, obviamente, menos aún en el fútbol profesional. Y tiempo, nada menos que ocho semanas y muy bien aprovechadas por cierto, es el que ha dispuesto Marcelo Bielsa para resetear una maquinaria que chirría por todos sus engranajes. Estoy de acuerdo con que en la pretemporada se apuntaron detalles interesantes, pero en cuanto han empezado las balas de verdad el Athletic se ha mostrado como un grupo desmembrado, ineficaz y muy vulnerable. Ni siquiera el técnico argentino, en una actitud que por otra parte le honra, echa mano de una excusa que no se sostiene. Este equipo debe empezar a carburar y ya. Y no para convencer a los 'agnósticos' de Bielsa, que ya empiezan a hacerse notar. Creo que sería una insensatez poner en duda la sabiduría y la validez de los métodos del de Rosario, pero en este juego, y más a esos niveles y en la jungla de la Primera División, se trata de ganar. En su caso, tratando también de hacerlo más bonito, pero ganar. El tiempo es oro y no estamos para regalar más lingotes.Tienes razón en una cosa, Iñaki, Bielsa ha tenido tiempo suficiente para implantar su propuesta de juego. La cuestión es si tres partidos representan una base suficiente para juzgar el trabajo de uno de los entrenadores mejor valorados del mundo. Admirado, sin ir más lejos, por el mismo Guardiola. Creo recordar que hace tres años, en su primer curso al frente del Barça, empezó la Liga con derrota en Los Pajaritos (1-0, tras fallar un sinfín de ocasiones) y empate en el Camp Nou ante el Racing (1-1). Reproduzo un titular de esos días: "El Numancia sonroja al nuevo Barça de Guardiola". Mi intención no es establecer un paralelismo dando a entender que el Athletic puede aspirar a ganar la Liga y, en este caso, la UEFA en vez de la Champions. Utilizo el ejemplo para demostrar que sacar conclusiones tan drásticas con una base de análisis de dos partidos de Liga y uno de UEFA puede dar origen a juicios precipitados. No hace falta más tiempo para que Bielsa implante su idea en el Athletic, pero sí para elaborar argumentos de peso a favor o en contra de su trabajo.
