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Un "infierno" a 20 bajo cero y vientos de 100 kilómetros por hora

La Antártida es un infierno de hielo. Así de contundente se muestra Juan Vallejo, uno de los integrantes de la Expedición Naturgas/BBK TransAntartika 2001, a través del teléfono satélite. “La previsión para hoy y mañana es de vientos muy fuertes, de hasta 100km/hora. La mañana todavía está tranquila pero viendo lo que se nos echa encima hemos preparado un muro como el de Berlín y a rezar para que no se rompa la tienda”. Juan Vallejo, Alberto Iñurrategi y Mikel Zabalza pasan las horas de hoy  dentro de la tienda tras la trinchera de hielo que han construido para cobijarse de esa fortísima tormenta que, según el meteorólogo de la expedición, va a barrer la zona donde se hallan. Han recorrido 101 kilómetros desde el día en que salieron de la base Novolazarevskaya, el 16 de diciembre y están exhaustos. Es muchísimo peor de lo que se esperaban.

Alberto lo detalla: “Estamos habituados a aguantar temperaturas muy bajas, pero las condiciones que estamos soportando aquí son terribles. Tenemos viento pero la irregularidad del terreno no nos deja utilizar las cometas a sí que tenemos que caminar subiendo el denivel arrastrando los 170 kilos de trineo. Estamos sufriendo bastante pero aún así hacemos más kilómetros de los que pensábamos aprovechando el viento a ratos y  buscando el mejor hielo para avanzar; pero nos hemos encontrado con sastrugis enormes, esas formas irregulares que ha creado el viento y eso nos impide usar los esquíes y las cometas, como habíamos previsto. Para que os hagáis una idea durante las tres primeras horas del sábado, tan sólo avanzamos 3 kilómetros y medio y nos quedamos hechos polvo. Nos dimos un respiro de unos veinte minutos, y sacamos las cometas pequeñas para avanzar más rápido, andando. Más tarde abrimos las más grandes y en total recorrimos 20 kilómetros”. 
Los pocos que han cruzado la Antártida saben y avisan de que la entrada en ese continente inmenso y helado es lo peor, pero este año el extremo sur de la Tierra está castigando aún con mayor dureza a los expedicionarios. Han recorrido 17 y 21 kilómetros durante la primera y la segunda jornada y 41 y 21 kilómetros, el tercer y cuarto día. “Nos quedan otros 100 kilómetros hasta llegar al plateau, unos 1.200 de desnivel, que tendremos que sudar y sufrir los próximos días. Cuando lleguemos allí, veremos las condiciones que nos esperan y tomaremos decisiones. Parece que el terreno sigue fatal, lleno de agujeros y montículos.” 
En las próximas horas toca prevenir y esperar a que pase la tormenta “perfecta”; a que no pase cerca, se autoanima Juan, “aunque esto sigue siendo un infierno”. Ya tienen  20 grados bajo cero y están a 1.800 metros. 
 
 

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