A Juan Martínez de Irujo se le está haciendo eterna la espera para disputar la final del Cuatro y Medio. El de Ibero logró el pase para este partido decisivo hace justo hace un mes, el 6 de noviembre, tras derrotar a Abel Barriola en el Astelena. Después de dos aplazamientos y cinco peregrinaciones a Bilbao, el Bizkaia se ha convertido casi en la segunda casa del navarro. Su estado anímico no parece el mejor. Probablemente se trate de una maniobra para despistar al contrario, como sonó también el lunes la comparecencia de Aimar Olaizola en Miribilla. Las dos estrellas se visten con piel de cordero, pero lo cierto es que la situación creada debe de ser cansina para ambos, especialmente para el campeón de Ibero. "No ha sido el mejor día, de otros entrenamientos he salido con mejores sensaciones. Pero es igual, tengo que ganar ese partido y ya está", ha manifestado Irujo a la conclusión de la sesión que ha desarrollado este martes.
El delantero de Aspe se encuentra en buena condición física, pero echa de menos la tensión que siempre precede a la disputa de una final. "Ha habido tantos días previos que vienen los nervios de la final y te los quitan de un plumazo. Eso es lo que me hace falta. Es bueno tener un poco de tensión porque te ayuda a entrenar mejor y a estar más centrado", ha señalado Irujo, que regresará de nuevo a la capital vizcaína el jueves para apartar el material de la gran final.
