“Hoy tampoco ha habido viento y hemos salido para tirar del carro, al final 23 kilómetros y gran dolor de riñones. Y aquí estamos, cantando villancicos y metiéndonos una sopa de sobre más luego un arrocito, eso sí: con aceite de oliva y todo. Pero sin excesos, que luego nos arrepentimos”.
El domingo, la festividad de la Navidad resultó más propicia para los expedicionarios, aunque no estuvo exenta deesfuerzo a lo largo de muchas horas para completar 65 kilómetros. El terreno, aún dominado por los sastrugi, parecía mejorar por la tarde, después de que la repentina caída del viento les obligase a montar y desmontar el campamento a mediodía.
Con 1.858 kilómetros recorridos, y a apenas 340 de la primera meta en el Polo Sur, en una breve conversación telefónica mantenida anoche, Mikel Zabalza resumía el estado de ánimo de los tres expedicionarios: “Estamos cada vez más animados por la cercanía del Polo; lo peor es el cansancio acumulado”.