Iñurrategi, Zabalza y Vallejo, en casa tras su hazaña en el Polo Sur

Los motañeros vascos Alberto Iñurrategi, Mikel Zabalza y Juan Vallejo han llegado al aeropuerto de Loiu esta mañana, a las 10:00, tras casi 30 horas de vuelo desde Punta Arenas (Chile). Tras volar desde Sudáfrica, salieron con sus cometas, trineos de 170 kilos y esquíes desde la Base antártica rusa Novolazarevskaya el 16 de noviembre. El 29 de diciembre llegaban al Polo Sur, tres hombres en completa autonomía tras acumular 2.200 kilómetros de durísima travesía sobre el hielo antártico, con un viento a menudo desfavorable, un terreno en condiciones muy difíciles para los trineos y temperaturas de hasta 45 grados bajo cero.

El 9 de enero, tras 1.200 kilómetros en 11 días, cuando llegaron a la Bahía Hércules, cerca del mar de Weddell, Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza hacían historia: abrían una ruta de travesía antártica y se sumaban a la lista de otros ocho grandes que han conseguido cruzar ese inhóspito desierto de hielo, de mar a mar, pasando por el Polo Sur.
Ahora, ya en casa, los tres alpinistas vascos han realizado su primer balance antes los medios de comunicación tras aterrizar en el aeropuerto bilbaíno. Así, Alberto Iñurrategi destacaba que "el objetivo está cumplido y estamos satisfechos. Lo más duro ha sido la tensión que hemos vivido diariamente porque había muchas variables que podían hacernos renunciar al proyecto, además del frío: el miedo que hemos pasado cometeando por el mal terreno, los sastrugi afilados durante toda la travesía, la pérdida de sensibilidad en los pies… Pero iban pasando los días y las cosas iban saliendo y el frío bajaba de intensidad. En cuanto a la valoración de los que hemos hecho, no somos especialistas en expediciones polares y somos conscientes de que lo que hemos hecho no puede ser lo más difícil de estas travesías polares. Hay gente mucho más especializada en el manejo de cometas, pero la valoración final es satisfactoria”.
Por su parte, Juan Vallejo también hacía una valoración"positiva" de la travesía si bien reconocía también que "no se ha cumplido al 100% todos los objetivos porque no hemos podido escalar en las Tierras de la Reina Maud".
Por último, Mikel Zabalza destacaba que "este tipo de expediciones no son para repetirlas varias veces porque son físicamente muy duras pero psicológicamente más duras aún. Los primeros días me costaba seguir a estos dos; el sufrimiento físico era enorme. No hay momento para descansar, no existe ese reposo del campo base en el que puedes evadirte un poco".