Miguel Zurro aterrizaba en el banquillo catalán la semana pasada para suplir al hasta entonces inquilino, Agustín Vacas: "Creo que hay plantilla para ir hacia arriba, trabajaremos para ello, estoy muy ilusionado con este proyecto", declaraba el ex técnico del Conquense, que asumía las riendas del equipo, penúltimo en la tabla del grupo III, después de su experiencia del curso pasado en el Sant Eloi de la República de El Congo.
Junto al entrenador basauritarra, llegaba Juan Manuel Barroso como nuevo director deportivo, supliendo a Felipe Sánchez. Barroso ha desempeñado labores similares en Real Burgos, Arroyo y Toledo. Ambos se ven ahora en la tesitura de dejar su puesto a la espera de acontecimientos, cuando ya se habían instalado en dos pisos de la localidad y preparaban los próximos partidos de Liga con la esperanza de ascender en la clasificación. "El club se ha visto ahora en este problema tan gordo con la denuncia del anterior entrenador y no se puede hacer cargo de nuestros contratos. Es una pena. No podemos hacer nada", lamenta Zurro. El presidente le ha pedido perdón, pero no garantiza ningún cobro y varios componentes de la plantilla le han mandado mensajes de apoyo y agradecimiento. Zurro se vuelve a Cuenca, donde reside, y eventualmente se ocupa del banquillo del Prat Manolo Aguas, el entrenador de porteros. La inestabilidad se ha instalado en el club.