Era la pelea de fondo. El momento que el público, que no dejo una sola silla vacía que abarrotó la grada del Polideportivo de Txurdinaga estaba esperando. Lejarraga salió disparado de su rincón. Y Caballero, valiente y duro, quiso cambiar plomo con el Revólver. Las primeras manos fueron del catalán. Las últimas del de Morga. En 100 segundos el árbitro había desgranado la cuenta tras una combinación de dos izquierdas al cuerpo y una derecha al rostro. Caballero se incorporó muy dañado. Cayó dos veces más. El público jaleó durante minutos al vencedor.
Lejarraga dedicó su victoria al compañero de club que debía haber protagonizado la velada, Andoni Gago. Una tendinitis en su pierna izquierda le apartó del cartel. El de Otxarkoaga, que salió al cuadrilátero a saludar a sus múltiples seguidores, fue aclamado como merece tras un primer año de andadura en el mundo del boxeo profesional que ha coronado encaramándose a la parte alta del ranking estatal.
Las artes marciales mixtas fueron un componente muy relevante del evento. En el desafío entre expertos en grappling, Iker Cid doblegó a Mikel Cortés. Fue la única victoria local en el ámbito de las mixtas. Tanto Peru Barasoain como Rubén Pelu cedieron ante sus rivales en MMA amateur.
El boxeo olímpico ofreció combates de auténtico interés. El asturiano Moha y el local Henry Siles hicieron nulo en una interesante pelea pactada en el peso welter, en el límite del peso ligero Ugaitz Cascales, campeón de Euskadi 2011 y 2012, y Kevin Baldospino, Campeón de Castilla y León, se disputaron la hegemonía, Cascales llevó siempre la mejor parte imponiéndose por decisión unánime.
La disputa entre el Campeón de Cataluña, Víctor Villanueva, y Jon Fernández, se la llevó el bilbaíno. Pero la auténtica batalla de boxeo olímpico la protagonizaron el Campeón de Euskadi, Ibon Larrinaga, y el
barcelonés Irakli Qurasbediani. Larrinaga impuso un ritmo frenético pero los jueces decantaron a favor del visitante por decisión mayoritaria.