Alonso lamenta las penurias clasificatorias, pero las explica por una serie de circunstancias concatenadas, acentuadas por la climatología adversa que ha repercutido en los entrenamientos: “Hay jugadores que no ficharon por el Bermeo por la distancia y por el tema económico (120 euros de media), sé que podíamos estar más arriba, pero no hemos juntado acierto y fortuna en ocasiones”. En este sentido, desliza que el club se ha inclinado finalmente “por buscar un revulsivo (el desembarco de Gartzen Telletxea), que es lícito, pero el equipo está fuera del ascenso directo, cuarto por la cola, con nueve jornadas por delante y hemos competido siempre”, señaló en Onda Cero. Al hilo de esta apreciación, la ejemplifica con un partido que perdieron con el contrario sin pisar el área, en referencia al Pasaia, y otro ante el Beasain, con un golazo de bandera.
Los dos últimos empates que en la directiva confiaba sacar airosos (1-1 ante Oiartzun en casa, y 0-0 ante el Retuerto, el colista, en Urbieta) han resultado definitivos, aunque la soga, sospecha, la soportaba hace semanas: “Ya sabía el martes pasado que estaba en la calle, antes del partido de Retuerto. Pero es que antes del partido ante el Basconia le preguntó un amigo que si me habían cesado…”. Nando Alonso, no obstante, no se arrepiente de su decisión de estrenarse como preparador en Tercera: “Sin duda era un reto, sabiendo la dificultad que tenía; pensaba si había acertado, pero las experiencia es positiva y volvería a dar el mismo paso”, comenta el ex técnico de Apurtuarte, Leioa y Danok Bat Juvenil.