Gartzen, que suple a Nando Alonso, destituido al sostener la directiva que era necesario un revulsivo para coger oxígeno en la clasificación, desliza en conversación en ElDesmarque Bizkaia, que “lo que hay que hacer es potenciar aspecto de los chavales, que igual no han desarrollado en anteriores etapas”. En ese sentido, insufla a la tropa, que huye del fantasma del descenso, “un cambio para mejorar el estado anímico, que es lo más importante”.
El nuevo técnico, oriundo de Bermeo y con pasado profesional como rocoso zaguero en Eibar, Levante o Lemona, ha testado a un vestuario que no tiene quebrada la moral: “Lo he visto bien, bastante implicado, aunque debemos buscar una nueva situación, tenemos que mejorar cosas”. Al menos, ha arrancado dando un mazazo: “El Balma empleó un juego muy directo, de elaboración, de gente agresiva en algunos puestos, que te crean muchos problemas en jugadas de estrategia. Pienso que nosotros tuvimos cierto juego combinativo a la hora de intentar progresar, sobre todo en la primera parte", resume el técnico txo, que reconoce que "en la segunda hubo mucho juego directo, mucha caída, con un buen espíritu del equipo y un poco de suerte mantuvimos el resultado”.
Gartzen no se marca ni plazos ni retos, paladea el presente de una competitiva Tercera División, sobre todo en la panza de la tabla: “La idea es el siguiente partido, librar la temporada en el siguiente partido, ya iremos consiguiendo los siguientes plazos o proyectos”, dispara sumergido en el cortoplacismo.