El técnico cántabro del River ya viene anunciando que su equipo va sin cadena, sin careta, aspirando al ascenso a Segunda: “Va a depender mucho de nosotros mismos, de que no cometamos errores en algún partido loco, o lesiones desgraciadas”. Es más, insiste en que sus jugadores le reclaman más madera: “El equipo está como un tiro, desde los más jóvenes a los más veteranos, están muy fuertes, físicamente y de alma”.
Viadero desvela que en el vestuario las pinturas de guerra tiñen sus rostros, espoleados por una segunda vuelta para enmarcar: “Les miro a los ojos a los jugadores y me dicen que para adelante, ¿por qué vamos a parar ahora?, pues para adelante”, subrayó en la tertulia de Onda Cero Bilbao.
Competitividad y confianza, a partes iguales, han armado un River robusto y fiable, confeccionado por el secretario técnico, Alfonso del Barrio y Viadero sobre la bocina, con efectivos residentes a cien kilómetros a la redonda de Sestao: “Llegados hasta aquí, hay futbolistas que no se ven en otro reto tan chulo como éste”. Restan siete finales y el míster verdinegro relata que “hay que disfrutarlos al máximo, hay que hacer que se pasen lentos y sacar lo mejor de nosotros, nuestra mejor versión”, desmenuza el ex técnico de Pontevedra, Ponferradina, Eibar o Noja
Viadero, a la que la suerte también se alió como el pasado sábado en el gol de la victoria ante la Peña Sport, pondera a su tropa: “La plantilla es polifacética, con minutos en sus piernas la última temporada, con dualidad, son 18 tíos apostado por la calidad más que por la cantidad, cada jugador de la plantilla del River es un diamante, cada uno es necesario y protagonista”.