El equipo comenzó el partido con algunos problemas en la salida de presión por ciertas precipitaciones en el saque y el control. Sin embargo, no fue en la salida de presión sino en un robo en media cancha cuando el Fisober se adelantó en el marcador merced a una inferioridad mal defendida.
Parecía que el miedo se iba a instalar definitivamente en el cuerpo del pequeño ejército de Santutxu, cuando la incombustible Txibi, siempre un seguro de vida, empataba el partido merced a una clásica galopada finalizada con un imparable trallazo. Con empate a uno se iba a llegar al descanso sin que uno u otro equipo fabricara nada merecedor de subir al marcador. Segundo tiempo abierto, con un Stilo entregado en la búsqueda de un gol, hasta que un nuevo error, a la postre fundamental, ponía de nuevo a las gallegas por delante en el marcador. A partir de ahí nervios y miedos y mucha tensión mal gestionada por parte del equipo local. La madurez es algo que debe llegar si se quiere aspirar a algo más el curso que viene.
Y cuando el árbitro ya se disponía a silbar el final, se encajó el definitivo tres uno que pone fin a una gris temporada marcada por las lesiones. De cara al año el club avisa que "esperamos completar una buena plantilla fundamentada como siempre en la cantera, el compromiso con el club y sobre todo la seriedad en el progreso". Así sea.