Lo cierto es que los estadios de Las Llanas, y Lasesarre, a partir de las 18 h., esperan recibir un buen número de aficionados empujados por los precios populares y por la emoción, sobre todo en Sestao, de romper barreras casi de la prehistoria. El club sestaotarra anuncia que más de 600 han comprado las entradas de 5 euros. Los hombres de Viadero, sabedores del tirón indiscutible del Athletic, esperan batir al Real Madrid C, que nada se juega. Dependen de ellos mismos y han mostrado una fiabilidad insultante: “Todos lo hubiéramos firmado”, afirma Jito Silvestre, su goleador, sabedor de que el segundo filial blanco tiene calidad, pero también es blando atrás, donde muerden los verdinegros. Diamanka vuelve por fin para gobernar la zona ancha. Un seguro de vida. Iñaki Zurimendi se despide de su segunda etapa en el Barakaldo con la intención de sellar la Copa del Rey, un objetivo capital para las arcas del club. Han faltado pequeños detalles (lesiones, empates imposibles, suerte) para no luchar por el playoff, pero la campaña gualdinegra es notable, con su estadio como auténtico fortín una vuelta completa. Dañobeitia y Delgado son duda, y Mentxaka, baja segura. El Atlético B, capaz de lo mejor y de lo peor, es el rival. La directiva ha sembrado para que el público responda en la despedida del curso. En Sestao resta todavía el playoff. Ambas entidades confían en que el efecto San Mamés no les barra del mapa.