El presidente, Alberto Romero, explica pinceladas de la nueva hoja de ruta que debe desembocar en instalarse en la zona aristocrática: “Queremos dar un salto importante en el club hacia su profesionalización, con una vuelta de tuerca, algo novedoso en los clubs vascos como la dedicación exclusiva, entrenamientos matinales”, confesó, aseverando que el objetivo “no cabe otro” para la temporada que viene que “conseguir el playoff de ascenso”, lanzó abiertamente. Romero aseguró que “se gastará lo que tengamos”, amparados en un superávit para “ajustar” un poco más la plantilla, aunque “sin tirar la casa por la ventana”. Intxaurraga, ya manos a la obra en plena reconversión, considera “normales” las diez bajas decretadas de saque, algo positivo, apunta, para los implicados “asumiendo el riesgo; prefiero decírselo al día siguiente para que tengan tiempo para escuchar ofertas”. Del resto de supervivientes existen jugadores con “oferta de renovación” y con otros “ha quedado”. Se traerá gente de su confianza con pasado en el Amorebieta - “posiblemente”-, deslizó, en referencia a los Aldalur, Carro, Larreategi o Adrien Goñi. Intxaurraga cosechó en Durango y Amorebieta dos playoff casi inesperados. La presión en esta nueva etapa en el Barakaldo, se incrementa: “La exigencia es la que te generas tú mismo”, comenta el ex central fabril, con Arrizabalaga y Barasoain en el banquillo: “Estoy encantadísimo de poder participar en este proyecto, con expectativas y ambición”.