El técnico durangarra, de 45 años, dejó de ser entrenador del club valenciano hace unos días, después de militar en su seno una sola temporada. Suplió a Nico Estévez, que dejó al equipo en puertas del ascenso, algo que ha señalado su curso a orillas del Turia. “Normalmente un equipo que estuvo a punto de ascender y está sin consolidar, al año siguiente tiene problemas. Estaban con depresión y la planificación deportiva de los fichajes no se hizo bien”, comenta Alonso. “No es capital de provincia, ni de los importantes, sí que tiene solvencia económica, pero no hemos terminado de meternos”, añade. El equipo dirigido por Iñaki Alonso ha cerrado la temporada en novena posición, con 52 puntos, 14 victorias, 10 empates y 14 derrotas. “Al final perdimos las opciones”, lamenta. “Si hubiésemos ascendido, habríamos seguido, si no, lo teníamos claro”, desliza Alonso en referencia a su tándem con su segundo, Carlos Barrutia. Ahora espera acontecimientos: “No tengo ni idea, imagino que el representante estará haciendo su trabajo. En estos momentos no tengo nada”. Aparece en la posible lista del Burgos para suplir a Calderé, con Pouso y Zurimendi, pero es práctico: “Ya tengo experiencia y vivo de realidades, cuando no te llaman es que no les interesas”. Hace unos meses le reclamaron del Real Oviedo, tras la destitución de Granero. “Hay mucho entrenador…”, apostilla ante un mercado saturado, con ex futbolistas de élite copando las mejores plazas. Vuelve a casa con su currículum a cuestas: Berriz, Eibar B, con playoff de ascenso, Lemona, Real Unión, con ascenso a Segunda, y goles en el Bernabéu, Murcia, con otro ascenso, y cerrando la persiana en el Huracán.
No tiene mal currículum, desde luego. Saludos.