Los jugadores del River ya están aleccionados de que hay que tener mucho cuidado con los laterales Juanjo, por la derecha, y Verdú, por la izquierda, que se desdoblan y suben con facilidad. Defienden muy juntos como bloque, recurren a la velocidad de los extremos (Lago Júnior y Piojo) y se lucen al balón parado, que suele ejecutar Rocha, que con David Sánchez forman un tándem de lujo en la medular. Viadero no se arruga: “Hemos encendido una llama muy chula, es una eliminatoria bonita, en la vida no pasa nada por casualidad. Estamos disfrutando como perros”. Y remacha después de que el Albacete no les pudiera ganar, sólo empatar: “Hay victorias que vienen detrás de una derrota”. Un Nàstic, talentoso y rocoso, al que ensalza Viadero y al que encuentra muchas similitudes con su propio equipo: “Ya ha tumbado al Racing de Ferrol. Es un equipo que como nosotros viene de una segunda vuelta muy buena, diez victorias y otra más, más un empate, en el playoff”. Alarga su análisis y apostilla que se trata de “un equipo fuerte, que te pone el cebo y que a veces no le importa que le domine”. Pero Viadero, siempre sincero, desliza de modo tranquilizante que “nuestra gente sabe que somos capaces”. Esta semana ha tratado de concienciar a sus hombres, líderes en la Liga del Grupo II, de que la machada es posible. Resines purga su segundo partido de sanción y hasta el último segundo mantiene la duda de algún otro con molestias musculares. Las Peñas del club han organizado por su cuenta el viaje a Tarragona y se espera animación verdinegra en la grada. El segundo asalto está servido.