La ermita de el Fango en Rekalde vivía este sábado una gran jornada de rugby con mayúsculas durante la celebración del I día de este deporte en Bizkaia. Un bonito experimento que ha servido para demostrar que la cantera funciona bien. No en vano más de 400 chicos y chicas menores de 18 años compartían experiencias personales y vivencias deportivas en las instalaciones bilbaínas.
En realidad lo vivído no ha sido tanto un torneo como un encuentro, en el que no ha habido ni vencedores ni vencidos, en la mejor tradición rugbier de luchar a tope y esforzarse pero siempre con el máximo respeto a reglas y rivales. Un encuentro que ha incluído a chavales de Iparralde y del resto de Euskadi, pero también de Catalunya, Aragón y Asturias. Una cita a pleno sol en la que todos ellos han disfrutado de una gran jornada que ha girado en torno al balón oval. Una especialidad que les gusta y les motiva, vista la alegría de sus caras, y que vuelve a pujar con fuerza afortunadamente también en el Botxo desde hace unos años con el gran trabajo del UBR. En un ambiente de lo más agradable y como destacaban los organizadores todos aquellos que "quieran que sus hijos e hijas hagan un deporte de equipo en el que su máxima es el respeto ya saben cuál es, el rugby". Salió tan bien la cosa que dudas no hay: "El año que viene más y mejor". Así sea.