“Me gustaría meter 14 goles, tener un objetivo me motiva, igual luego no meto ni cinco. Voy a trabajar para ello”, desliza ambicioso Adrián Abasolo, un futbolista singular, que ha saltado de Segunda B a Regional, para resurgir en Segunda B con el Leioa y bajar un escalón a Tercera para perforar porterías: “Los años te enseñan a medirte, a trabajar más y a luchar contra lo que se pone en contra”, subraya el nuevo fichaje de la Cultural, su punto de partida.
“Me ha costado ponerme como objetivo hasta dónde puedo llegar en esto, sabiendo que me gusta”, añade el menor de los Abasolo, que anotó 11 goles en el Lagun Onak, lo que le avaló para fichar por el Leioa. Pero la feroz competencia arriba le ha empujado a buscarse la vida cerca de casa, en Tabira, a la que acude a veces en bici: “El jugador de fútbol lo que quiere es jugar minutos y más cuando eres delantero. Lo que cuenta al final de temporada son los goles, nadie se acuerda de cómo los has metido o si has jugado bien o mal, sólo los números y goles son amores”, explica. Adrián, de 27 años, que compagina el fútbol con una tienda de moda en el corazón de Bilbao, se define como “un jugador diferente, tengo velocidad, soy potente, pero no rompo diagonales todo el rato, soy pelotero”. Una Cultural caracterizada por contar con jóvenes valores de la comarca que pilota Imanol de la Sota: “Me han sorprendido muy gratamente, con fútbol de toque y no renuncian al juego, la media es de 21 años y tienen calidad”. En su hoja de ruta, una etapa anterior en la Cultural antes de pasar por Iurretako, Bermeo, Laun Onak, Padura o Leioa. “La Cultu ha cambiado mucho en cuanto a juego y yo he madurado mucho como persona y jugador, a ser más futbolista”, zanja.
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