Alberto Romero deja los bártulos del Barakaldo después de una legislatura intensa, con las cuentas saneadas, el equipo flirteando el playoff de ascenso y el relevo garantizado con Orlando Saiz: “Guardadme un sitio en la Sur, el domingo estaré animando a tope”, lanza el presidente saliente, que se sentará en su localidad el domingo ante el Getafe B.
Romero, seguidor entusiasta del Barakaldo desde pequeño y activo peñista, regresa a su localidad no sin antes relatar en una emotiva carta el capítulo de agradecimientos: “Desde aquí, quiero dar las gracias a una serie de personas sin las cuales habría sido imposible esta aventura. Seguro que me dejo alguna, espero que me disculpen”. En primer lugar, narra, “dar las gracias a mis directivos, que aunque hayamos chocado varias veces durante estos intensos cuatro años, todo ha sido por el bien del Baraka, aquí tenéis un amigo para siempre”, nombrando a todos ellos, a los colaboradores y patrocinadores, “imposible sin vosotros”, apunta, sin olvidarse de “la familia del fútbol base”, medios de comunicación que han ensalzado la imagen del Barakaldo, o a su primo Ander Garrido, del que vaticina que quizás será “un gran futuro presidente”. Apartado para el cuadro técnico: “Gracias a los profesionales que nos han acompañado en este apasionante viaje, especialmente a Iñaki Zurimendi, pieza clave de que el Barakaldo esté donde está en este momento, Jorge Portillo Boluka, el gran Manu Rodríguez, los dos Joseba, Mezo y Basarrate, “trabajando en la sombra pero fundamentales, Fernando, Santi e Imanol, patrimonio del club”. Además de recordar en su misiva a sus “asesores” particulares y a su chica, la más sufridora de sus desvelos, que “es la que se ha comido todos los días de bajón animándome siempre, gracias cariño”. En el hueco de jugadores agradece a la actual plantilla en plena faena todavía y especialmente y de manera gráfica a “esa mano de Txemi Talledo en Águilas, eternamente agradecido”.