Jon Pérez Bolo se marchaba hastiado y desconsolado de Toledo, tras escaparse un punto con un polémico penalti y expulsión de Txemi Talledo. Siete días después, noqueaba su Arenas al Socuéllamos (1-0) en Gobela: "Nos quedamos con los tres puntos y ojalá nos den tranquilidad y podamos mirar hacia otras posiciones y no sufrir tanto como las últimas jornadas", señala el míster rojinegro.
"Da gusto enfrenarse a equipos así. Nos ha tocado esta vez quizás el disfrutar de un poco de suerte, sobre todo en el penalti que no han tenido acierto, hemos hecho un derroche físico impresionante y sí es verdad que no hemos tenido la fluidez de otras veces, pero lo que queríamos y necesitábamos eran los tres puntos", relataba Bolo, que necesitaba una victoria reparadora tras nueve jornadas sin cristalizarla, pese a los méritos contraídos.
El técnico de Rekalde quería subrayar el sentimiento de pertenencia a un club Centenario y lo avisaba hace una semana en El Salto del Caballo: "Este escudo tiene 108 años de historia y con esa edad se merece un respeto, mi equipo y yo nos jugamos cada fin de semana nuestro puesto de trabajo, sobre todo yo. Sabemos que la semana que viene nos jugamos la vida", zanjaba. Dicho y hecho.