El adiós de un clásico del fútbol vizcaíno

Un clásico del fútbol vizcaíno, el portero José Carlos Gonzalez Colmenar, cuelga los guantes. El cancerbero de Arrigorriaga ha querido plasmar sus sensaciones en una carta abierta que aquí recogemos en ElDesmarque Bizkaia, una vez llegada la hora de decir adiós.

Las porterías y los vestuarios de clubes como Basconia, Zalla, Lemoa, Barakaldo o Laudio pueden hablar maravillas de este deportista que siempre fue querido por sus compañeros y que llegó a ganar un campeonato de regiones UEFA con la selección de Euskadi sub'23.  Llegó el día, el día de decir adiós o hasta pronto, quién sabe, a una vida ligado al fútbol que tantas alegrías y satisfacciones me ha dado, y en ocasiones alguna tristeza. Ayer fue mi último partido y mi retirada oficial en el equipo de mi barrio, aquel en el que se dice pronto empecé a jugar a fútbol hace casi 34 años, donde he podido disfrutar de lo que me ha hecho siempre inmensamente feliz, donde he conocido a una inmensidad de amigos y personas dentro y fuera del terreno de juego, donde aún en los momentos malos he disfrutado de todo lo que me rodeaba.  Un día en el que dar las gracias, empezando por los equipos donde pude desempeñar mi pasión: Ollargan, C.D Peña, Danok Bat (donde estuve casi 9 años y pasé toda mi infancia y donde me enseñaron valores fundamentales y sobre todo a ser persona, Athletic Club (en donde aprendí a competir y a saber lo que cuesta lograr un sueño y lo duro que puede ser este), Cultural de Durango (dos años donde empece a madurar y conocí gente que me enseño de que iba esto), Zalla U.C (donde estuve 4 años y cree lazos con compañeros que hoy día son más que amigos).
La S.D Gernika Club (tres años increíbles donde volví a creer y dar una vuelta a mi carrera), S.D Lemona (dos años donde conseguí debutar en 2ªB), Barakaldo C.F (un año de una mezcla agridulce de sensaciones), C.D Laudio (5 años de absoluta felicidad donde hice grandes amistades y viví una época increíble, ascenso incluido), Sodupe U.C, S.D Erandio y por último, El Montefuerte, el equipo de mi barrio y donde he podido retirarme junto a mis amigos y mi cuñado Rubén, y cómo no, a la Seleccion de Euskadi donde viví quizás los mejores momentos de mi carrera con el campeonato estatal y el campeonato de las Regiones UEFA.  Gracias a todos ellos.
  Un día para dar las gracias a tantas y tantas personas que estuvieron a mi lado, que me ayudaron y me enseñaron en mi trayectoria, pero en especial a Jon Iturrande, que apostó por mi en el Danok, a Angel (que en paz descanse, mi primer entrenador de porteros con el que tanto y tanto aprendí en todos los aspectos, Victor Llopis, que gracias a su ayuda enfilé mi camino, a Pablo Turrillas, de quien aprendí a ser mejor persona y humanidad, cómo no de Joan Miret el artífice de que mi carrera diera un vuelco, un gran amigo que lástima no apareciera en mi vida antes, Ramón y Enrique Castelo, que los quiero como si fueran de mi familia, Rubén Carreño y Alain González, que estuvieron a mi lado en momentos muy difíciles para mi, y gracias a todos los compañeros, amigos y personas con las que pude compartir esta pasión.  Gracias a mi familia, mi mujer, mis hijas, hermana... a mis padres, a mi madre quien tanto ha sufrido por mi, pero sobre todo a mi padre, mi fiel escudero, la persona que siempre estuvo ahí en las duras y en las maduras, mi pilar y mi apoyo fundamental... no tendré tiempo suficiente para agradeceros todo lo que habéis hecho por mi, os quiero y gracias por estar siempre junto a mi.  También pedir perdón a las personas a las que alguna vez haya ofendido y hecho daño, pero sobre todo a mi mujer y mis hijas con las que quizá no pasé el tiempo suficiente y fueron las grandes damnificadas de vivir esta pasión, sobre todo a mi hija Delia, de la cual me perdí gran parte de su niñez, os quiero y espero poder recompensaros en el futuro el tiempo perdido.  Me despido con una mezcla de alegría y tristeza, tristeza por dejar el fútbol oficialmente aunque en el futuro pueda desempeñar otras labores, y alegría por haber vivido este sueño que me a hecho tan feliz y donde disfruté y conocí tantos compañeros y amigos.  Sólo espero y deseo que se me recuerde no como un buen o mal portero, sino como una buena persona que intentó hacer felices a todos los que una vez me rodearon y estuvieron junto a mi.  Os quiero, gracias y hasta pronto, espero nos sigamos viendo.