Ante el Real Madrid Castilla, Gorka Luariz caía en batalla el pasado mes de marzo. Un mal gesto y la rodilla izquierda, ya operada en su día, se quebraba. Se temía lo peor, rotura de ligamentos, felizmente resuelta en un mal menor con la afectación de la cápsula que recubre la articulación. Sin pasar por el quirófano, reapareció cinco meses después con gol en Guijuelo en su nueva escala en el Cerceda gallego.
Luariz, delantero bravo y potente, se quedó con 7 goles al lesionarse en el Zamudio. En Guijuelo sentenció el choque con un tanto en el minuto 5. Su compañero Gorka Magunazelaia se puso bajo palos. Pese a ser del 92 ha dado muchas vueltas: Antiguoko, coincidió con Meho Kodro, Basconia, con Galarreta o Ager Aketxe, Real Unión, Laudio, Gernika, Arenas, Tudelano, Zamudio y ahora Cerceda.
Vivía en Donosti, nacido en Zaragoza y de madre guineana, trabajaba de noche en el negocio familiar de su padre, el Hotel Elizalde de Oiartzun antes de su fichaje en verano por el Cerceda. Será internacional por Guinea Ecuatorial, donde Goiko primero y Zarandona después, le han tentado.