Tras el fallecimiento de Enrique Marqueta, uno de los futbolistas más grandes de la historia del ´Portu´, el club de La Florida era el samaritano herido que precisaba urgentemente de vino y aceite, balsamo para calmar el dolor tan profundo de una herida tan cruel como inesperada. El 19 de octubre, a las 19:00, en primera convocatoria, 19:30 en última instancia, el Club Portugalete celebraba su Asamblea Anual Ordinaria.
La sede, un habitáculo perteneciente a los que en su día fue Convento de Clausura de las monjas de Santa Clara, hoy, Centro Cultural de la Villa. Se pisaba suelo sagrado. No se respetó, empero: la reunión comenzó con un minuto de silencio “por los socios, directivos y exjugadores fallecidos”... y terminó como el ´Rosario de la aurora”: “Desbandarse descompuestas tumultuariamente los asistentes a una reunión por falta de acuerdo”... No hubo “desbandada a farolazos”, como en Espera, municipio gaditano. Pero sí que, tras levantarse la sesión, aquellas personas que acudieron al acto en busca de una luz reparadora salieron de la sala dolidos, dañados, tocados, perjudicados y desagradablemente sorprendidos por el discurso del Presidente a la hora de salir al paso, y cerrarlo (no se sabe si de manera definitiva), del frente que se le abrió con motivo de los dos interrogantes que tenían, y siguen teniendo, a la afición del Portu si no dividida, sí al menos confundida, triste, herida, como el samaritano asaltado, vapuleado y expoliado en ese camino peligroso y oscuro en el que medra los ladrones: la ´dimisión´ del Director Deportivo, Javier González Etxebarria, y el posterior cese de Aitor Calle, “entrenador en el que tantas ilusiones había depositado la Junta Directiva presidida por Eduardo Rivacoba Zurimendi. ´Plancha´ la suya, que recién ha comenzado su cuarto y último año de mandato. Tres temporadas y pico. Un pico que da para escribir la “historia más triste del mundo”. Tres cursos en los que el Club vivió su segundo ascenso a Segunda B en sus (por entonces) 106 años de vida. El cese de Ezequiel Loza, entrenador del equipo que consiguió la proeza. El mantenimiento en el cargo de sus sustituto (Intxaurraga) a pesar de que Asier caminaba, desidioso e indolente, hacia un abismo en el que terminaría precipitándose, y con él el equipo al se agarraba como clavo ardiendo. . Un intento frustrado de recuperar la categoría perdida, temporada en la que “el cuerpo técnico no estuvo a la altura”; no supo dar con la tecla” Ibon Etxebarrieta.
Para dar las razones de por qué Glez. Etxebarria abandonó de manera tan prematura su cargo de Director Deportivo, el presidente del Club Portugalete ´tiró´´ de declaraciones radiofónicas que fueron en este ElDesmarque Bizkaia fielmente recogidas. A saber, y desprendidas de toda floritura por parte de este periodista para que triunfe lo contundente sobre el artificio de un ejercicio de redacción. “Su cargo conllevaba dedicación absoluta estando presente en los partidos del primer equipo y en sus entrenamientos”. Nada nuevo bajo la luna de la noche. “Dedicación que el no le prestaba al Club como su cargo le obligaba”. ¿Informes sobre los equipos rivales para mejor preparación de los partidos por parte del entrenador?...”. En el fichero de las oficinas no llegué a ver ninguno”. Tal era, según su presidente, la dejación de funciones de Etxeba que “nos veíamos obligados a recurrir a representantes para rescatar de ellos todo tipo de análisis futbolísticos que nuestro Director Deportivo no era capaz de aportarnos”.
Pero que, dígase o no, lo que se está devorando es la ´madre del cordero´. La respuesta. La guinda. La prueba definitiva que, Rivacoba así lo cree y por ello lo atestigua, cierra el caso de una “dimisión voluntaria”, y no forzada, como sostenía la ´defensa del acusado´. En todas las vistas previas, el presidente ya se había referido a un waasap que el propio Etxeba le había enviado al de pocos días de que en el aire de aquel encuentro a dos hubiera quedado flotando, como a la espera, aquella pregunta que todo lo cuestionaba: “¿Qué hacemos?”. El as que, como a la espera de ese momento. Rivacoba en su manga se guardaba, lo exhibió el presidente en el Asamblea Ordinaria del Club Portugalete, 19 de octubre, la tarde ya cayó, la noche está bien erguida, del Athlletic se sabe lo del “o a uno”, pero la coincidencia ha hecho estragos en la afluencia de socios que no necesitan firmas que les avalen para ser un voto de valor cada vez que alcen su mano. Y el presidente, teléfono móvil ante sus ojos, comenzó a le “EDU,CREO QUE TIENES RAZÓN”… El mensaje via wasap de Etxeba a su presidente le descarga de culpa al mandatario del Club Portugalete (eso sentenciaría un juez a falta, o a la espera, de otras ´pruebas´)..al mismo tiempo que se convierte en la única respuesta que explique tanta “ausencia en partidos, entrenamientos, contiendas de rivales, y esas otras en forma de Informes de escuadras adversarias que jamás vi en los ficheros de las oficinas del Club”. Como ya se escribió en este Periódico, uno entiende sigue entendiendo, que la pelota está, lo sigue estando, en el tejado futbolístico de Javier González Etxebarria, futbolista, entrenador, director deportivo que en el fútbol vizcaíno tanto predicamento y tanta buena prensa tiene: antes de que Ezequiel Loza lo hiciera por segunda, ´Etxeba´, en la 2004´2005, había ascendido al Cllub Portugalete a Segunda División B... ¡por primera vez en toda su historia: gloriosa mañana frente al Utebo!. Algo sigue teniendo este agua cuando gesta tan hermosa como aquella mañana frente al Utebo lo bendijo...
Por Luis Mª Pérez, 'Kuitxi', exfutbolista del Portugalete Club y periodista