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Bilbao Finals Rugby: nombres propios, datos, polémicas y sensaciones

Gontzal Sever

Challenge Cup:      Campeón: Cardiff Blues (31-30). Es su segunda Challenge Cup después de la lograda en el año 2010 frente a RC Toulon (28-21).

Subcampeón: Gloucester Rugby. Tiene en sus vitrinas dos Challlenge Cup (2006 y 2015) y ha jugado en las últimas 4 temporadas tres finales (2014/2015, 2016/2017 y 2017/2018).  Espectadores:  32,543 (dato oficial de la EPCR).
  Gareth Anscombe. Jugador internacional galés y zaguero de los Cardiff Blues. Además de su gran partido logró la transformación del golpe que les dio la victoria a falta de poco más de 2 minutos para la conclusión, después de haber fallado tres minutos antes una conversión de un ensayo con 28-30 en el marcador.  Lewis Ludlow. Flanker de Gloucester Rugby de 23 años que fue sancionado con tarjeta amarilla (expulsión temporal de 10 minutos, por entrar en fuera de juego por un lateral a intentar colapsar el maul, esto es, derrumbarlo), a falta de menos de 8 minutos para el final con el marcador 23-30 a favor de Gloucester.   John Ackerman. En su primera temporada como Head Coach de Gloucester Rugby el sudafricano Ackerman ha logrado llevar a su equipo a la final de la Challenge pero en la premiership inglesa ha conseguido un decepcionante 7º puesto. Amante del “running rugby” (algo así como el juego abierto y alegre), cuenta sus finales por derrotas, dos en el SuperRugby con los Lions sudafricanos (2016 frente a Hurricanes y 2017 frente a Crusaders), y esta Challenge de Bilbao, pero es precisamente ese tipo de juego el que llevó a sus equipos a las finales.    Danny Wilson. El gales se despide de los Cardiff Blues después de tres temporadas en la provincia como Head Coach dejando en sus vitrinas la Challenge Cup. La temporada próxima será entrenador de delantera (melé) del club de la premiership inglesa London Wasps.
  Champions Cup.   Campeón: Leinster Rugby (15-12). Es su cuarta Champions después de las logradas en las temporadas 2011/2012, 2010/2011 y 2008/2009 e iguala a Toulouse en el liderato de número de entorchados. No ha perdido ninguna final de las que ha disputado y en la presente edición de la Champions cuenta todos sus partidos por victorias.    Subcampeón: Racing 92. Por segunda vez finalista sin premio, sumando una nueva decepción después de su anterior final perdida frente a Saracens 9-21 en la temporada 2015/2016. ¿Habrá cambio de ciclo? Algunas de sus piedras angulares sobrepasan de largo los 30 años (Szarzewski, 83 caps con Francia, 35 años; Albacete, 57 caps con Argentina, 37 años; Donacha Ryan, 47 caps con Irlanda, 34 años; Yannick Nyanga, 46 caps con Francia, 34 años; Remi Tales, 24 caps con Francia, 34 años; Joe Rockokoko 67 caps con los All Blacks 34 años).       Espectadores:  52,282 (dato oficial de la EPCR).
  Isa Nacewa. Capitan de Leinster. Fidjano de origen, lleva 8 temporadas en el club, con 183 partidos jugados y 706 puntos conseguidos. Asumió la responsabilidad de patear a palos los dos golpes de castigo que dieron la victoria a su equipo. El primero de ellos que suponía el empate a 12, cuando el especialista Johny Sexton, quien había errado previamente un golpe a palos desde casi medio campo, estaba siendo atendido y el segundo, a falta de 2 minutos para la conclusión, teóricamente fácil, pero con mucha presión.  Johny Sexton. Figura de Irlanda, (73 caps) y de Leinster (147 partidos, 1331 puntos). Se ha proclamado este año 2018 Campeón del Grand Slam del VI Naciones y Campeón de la Champions. Los 9 puntos anotados por Sexton en la final sumados a los otros 54 conseguidos en sus tres apariciones en las anteriores finales ganadas con Leinster (2009, 2011 y 2012), hacen que, con 63 puntos totales, sea el jugador en la historia que más puntos ha logrado en las 23 temporadas de finales de la Copa de Europa (Champions).  Donacha Ryan. Internacional irlandés (47 caps, 34 años), jugador de Racing 92 se rompió la clavícula durante la final, en el minuto 10 del encuentro después de una mala caída en un saque de lateral, lo que significa que jugó durante casi 70 MINUTOS con una fractura en la clavicula.  Leone Nakarawa. Jugador internacional fidjano (39 caps) de Racing 92, Jugador Europeo del Año EPCR 2018, uno de los galardones individuales más preciados en este deporte a nivel mundial. El resultado fue determinado por una combinación de voto público y el veredicto de un panel de reconocidos expertos en rugby.
En la votación popular se estableció un nuevo récord con más de 21,000 votos registrados desde que se nombró la lista inicial de nominados a finales del mes de enero. Nakarawa superó a su compañero de club, Maxime Machenaud, y al trío de Leinster, Scott Fardy, Tadhg Furlong y Johnny Sexton.
  Polémica 1. Cerveza. Mucho se habló de la posibilidad de que se podría consumir cerveza dentro del estadio de San Mamés durante los partidos. Hubo momentos en que se daba por hecho que iba ser así y sin restricción alguna, como sucede, al menos, en todos los países de Europa que configuran el VI Naciones, territorio natural de la disputa de los encuentros de la Challenge y Champions de Rugby.
Al final la solución salomónica adoptada de permitir su consumo hasta 15 minutos antes del inicio de cada partido y después de transcurridos otros 15 minutos después de la conclusión, no contentó ni a uno ni a otros. Al patrocinador principal de este evento, Heineken, y por consiguiente a la EPCR, no le gustó nada tal restricción, y a los socios de “a pie” del Athletic Club, habituales asistentes al estadio (y en cierta medida copropietarios del mismo), tampoco que se permitiera a los “advenedizos” del rugby lo que a ellos no se les permite, beber cerveza con alcohol.
Si bien ese debate lo considero totalmente artificial e interesado, ya que la cuestión de fondo no es esa, sino otra, que lleva tres años latente y sin que nadie le ponga el cascabel al gato: ¿por qué a los socios de “a pie” del Athletic Club, no se le permite consumir bebidas alcohólicas hasta 15 minutos antes del inicio de cada partido y después de transcurridos otros 15 minutos después de la conclusión y los asistentes a los palcos Vips, sí?
  Polémica 2. Precios de los hoteles. Otro asunto que aún colea con esa petición de información del Tribunal de la Competencia sobre el precio de las habitaciones a 40 hoteles de Bilbao. Es el juego de la oferta y la demanda. Y el capitalismo. Si la oferta es menor que la demanda, el precio sube, y cuanto más se acerca la fecha del evento, aún más.
Esto no es de hoy, y quienes ahora se rasgan las vestiduras, lo sabían, o al menos, debían saberlo. La oferta de camas de la Villa no alcanza para un evento como las finales europeas de rugby (veremos en los premios de la MTV), y lógicamente habrá que hacer uso de las posibilidades de alojamiento que ofrecen las localidades vecinas, ya no solo bizkainas y/o de Euskadi, sino de Comunidades Limítrofes, La Rioja, Cantabria, Navarra incluso, con la incomodidad que ello conlleva para los aficionados de tener que desplazarse unas decenas de kilómetros para acceder al estadio y ver el partido.   A ello añadir que no se han sabido los equipos que jugarían las finales hasta 3 semanas antes de la fecha de los encuentros, habiéndose vendido y/o reservado ya antes de jugarse las semifinales más de 25.000 entradas para la Challenge y 50.000 para la Champions.
Es decir, que para cuando los aficionados de los 4 equipos clasificados quisieron buscar alojamiento, ya no había apenas opciones, las que había eran a precios desorbitados o estaban en localidades lejanas a Bilbao. Consecuencia, viajes de ida y vuelta en el día con vuelos chárter, lo que redundó en una menor afluencia de aficionados en las calles los días previos y posteriores a los partidos a la que se esperaba (y deseaba). 
        Polémica 3. Precios de los vuelos de avión. Puedo decir lo mismo que lo expuesto con respecto a los hoteles. El precio de los vuelos regulares subieron como la espuma, lo cual no ayudó en nada a que aficionados, no solo ya de los equipos que jugaron las finales sino aficionados al rugby en general, pudieran venir “por libre”.
Hubo no pocos rugbiers que aterrizaron en Gijón, Santander, Toulouse, Barcelona … Consecuencia, aficionados utilizando vuelos chárter de día. Es decir, la suma de los factores 2 y 3 (hotel + vuelo) no ayudó mucho a que el éxito de las finales fuera aún mayor en cuanto a público.  Prensa. Los medios de prensa vascos, especialmente los de Bizkaia, se han volcado con las finales y con el rugby. Reportajes diarios durante las dos semanas previas en la prensa escrita, en de radio y televisión. Sin embargo, en los medios generalistas estatales el silencio ha sido casi absoluto, lo cual me resulta completamente incomprensible, siendo estas finales un evento de alcance mundial con más de 115 televisiones acreditadas y alrededor de 450 medios.  Aficionados. Algunos menos de los esperados (ye he explicado someramente las razones por las que yo considero que no se han alcanzado las expectativas iniciales), pero con un comportamiento como el previsto. Ausencia total de incidentes. Diversión, disfrute, camaradería, respeto.
Creo que hemos dado una lección de saber estar, y demostrado que todo lo que se dice de los rugbiers, sus valores y comportamiento, no es una leyenda urbana ni una pose (aplicable esto último así mismo al comportamiento de los jugadores de los 4 equipos durante los partidos).
  Futuro del rugby local. Seguirán y seguiremos trabajando por el Rugby quienes ya estaban y estábamos antes de las finales. Es posible que esa visibilidad tan grande que hemos tenido durante estas dos semanas sirva para que más gente se acerque al rugby, bien como espectador, bien para probar a jugar o traer a sus hijos e hijas a que prueben, bien incluso alguna empresa se anime al patrocinio de alguno de los clubes bizkainos.   Nos hemos podido dar a conocer como deporte. Que existimos. Que antes de las finales ya existíamos y teníamos una dilatada trayectoria.   No espero ni un aluvión de patrocinadores, ni de nuevos socios/as para los clubes de Bizkaia, ni un incremento espectacular en el número de fichas.   En lo que sí creo y confío es en el trabajo del día a día de todos y todas las que trabajan en los clubes, y que han/hemos tenido en cierto modo su/nuestro reconocimiento y recompensa al poder disfrutar de este lujo bilbaíno que han sido las finales y ser los protagonistas durante dos semanas en todos los medios de comunicación, e incluso en los establecimientos y elementos de mobiliario urbano de la villa.  
  Pasadas las finales, desapareceremos de los medios, de los establecimientos, del mobiliario urbano. El sueño hecho realidad, se acabó. Hemos salido de nuestro “matrix” particular y volveremos a la realidad. A estar como antes.  A la oscuridad que supone la poca o nula visibilidad de la que “gozábamos”.    En resumen, he/hemos disfrutado los y las rugbier de un gran regalo, enorme regalo, que dudo mucho que se vaya a repetir en años (me refiero a un acontecimiento rugbístico de similar importancia) quizás nunca (ojalá me equivoque), por lo que desde aquí les doy las gracias a todos aquellos/as que lo han hecho posible, agradecimiento que me voy a permitir dar en nombre de todos aquellos y aquellas quienes amamos este deporte. 

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