Pablo Turrillas presentó su dimisión tras el empate frente al Getxo en Las Llanas (1-1) en el pasado mes de noviembre. Prefiería orillarse y dejar paso a un nuevo revulsivo por no lograr impulsar al equipo. Seis meses después asume el cargo de Bermeo, en el que no sigue Toño Vadillo. Y ya tomas las primeras decisiones con las renovaciones.
El míster de Deba, con pasado gobernando a Aurrera, Gernika, Arenas, Lagun Onak y Sestao River, un entusiasta de los banquillos, vuelve de este modo al tajo en un equipo costero que busca encarar un nuevo proyecto en Tercera. Para ello ha renovado a la vieja guardia compuesta por los zagueros Ispizua y Tarantino y al delantero Zulueta, en su día pivote defensivo, los tres naturales de la localidad costera, rondando los 35 años, y con mucho peso en el vestuario. Además renueva el joven Gotzon Basaldua y a Ibon Erauzkin.