Benito Letxundi, Mikel Laboa, José Ángel Irigarai, Xabier Lete, Lourdes Iriondo, cinco de los miembros "de un movimiento cultural vanguardista vasco que entre 1966 y 1972 se dedicó a recuperar la cultura vasca y renovarla": 'Ez Dok Amairu', nombre propuesto por Jorge Oteiza, traducción literal "No hay trece", figurada: "No hay maleficio; se ha roto el maleficio del trece".
En el artículo de ElDesmarque Bizkaia "Día 'D'; Hora 'H'", referido a la presentación de la plantilla del Club Portugalete el jueves 19, campo de Los Llanos, a partir de las 19:00h, se daba fe de que Ezequiel Loza empezaría a trabajar con "catorce futbolistas".
A no ser que, entre el espacio de tiempo existente entre el artículo escrito y el ruido del cohete anunciando el inicio de la pretemporada, Arbeloa, de regreso de su idílico viaje a tierras y playas malayas en inmejorable compañía, le diera al mister del 'Portu', el "Si, sí quiero".
Compromiso verbal al que, de inmediato, habría de seguirle la firma en los 'bajos' de un contrato que le comprometería con el Club jarrillero por, al menos, una temporada más, el apretón de manos con 'Tinico', su 'Director Deportivo', y esa pose 'nupcial' ataviado con la zamarra de oro y hulla sobre un verde de La Florida en el que se adivina el color blanquecino de una arena protectora.
Desde que el 'Desmarque Bizkaia' le preguntara a Loza acerca del futuro del gazteiztarra centrocampista por primera vez, en la respuesta del técnico de Santoña viajaba la esperanza de que "esperem@s que Arbeloa renueve". Arroba de un 'esperemos' que conlleva espera angustiosa; de un 'esperamos' del todo convincente pero que no asegura que lo deseado se confirme.
"Somos 14", revelaba Ezequiel. Y en su 'ser' se adivinaban unas ganas tremendas de que el 'maleficio del catorce' se rompiera, del mismo modo que se rompió aquel otro desde el mismo momento en el que Jorge Oteiza negara que "seamos trece" con su "Ez Dok Amairu".
Aquel nombre que se le puso a la 'mejor camada' de la cultura musical vasca' perdura: "No somos trece". Del mismo modo que, tras la noticia jubilosa que se le ha dado a Loza, cobra sentido el "Ez Dok hamalau; no somos catorce"...No lo son: "Somos quince".
Se ha hecho esperar. Espera de una esperanza que jamás perdió el entrenador del Club Portugalete: "Arbeloa está de viaje; hasta que no regrese no habrá diálogo acerca de su renovación". Uno se imaginaba, y así se escribió, que Ander, cuál Adán, estaría en su 'paraiso' deshojando la margarita con el sosiego del que no se siente tentado por el fruto prohibido que le pudiera ofrecer su compañera.
Nunca la renovación más deseada por el cuerpo técnico del 'Portu' se hizo tanto esperar. Catorce 'síes'. Numero maléfico que incomodaba a Ezequiel. Pero no había otra: tocaba esperar porque la sartén la tenía cogida por el mango este centrocampista de banda derecha que tanta 'culpa' tuviera en el ascenso del Portu a Segunda B en el ejercicio 2014-2015.
"Preguntarle al amor es cosa vana: es preguntar cerezas al cerezo". Del mismo modo que escribir sobre lo mucho y bien que juega este futbolista sería 'pleonasmo' en su segunda acepción: "Demasía o redundancia viciosa de palabras".
Y es que sobre el valor a día de hoy de Ander Arbeloa ya fue todo dicho, escrito y leído. Podría, sin embargo, "añadir expresividad a lo dicho, como en..."en fuga irrevocable huye la hora".
Pero como en elDesmarque Bizkaia la palabra escrita, tras ser creada, no se destruye, sino que se coloca en una estantería virtual en detrimento de un papel que caduca, les invito, si quieren refrescar su memoria, a que beban de la fuente más genuinamente portugaluja: 'La Canilla', ese archivo en el que se conservan los libros con lomo gualdinegro: "Ander Arbeloa: ¿Qué hay de nuevo, viejo?".