Tras una semana muy movida en el Real Unión con el fichaje de Etxabeguren y las bajas de los capitanes Azkoiti y Aimar Sagastibeltza, el primero por lesión de larga duración y el segundo tras un acuerdo para separar sus caminos, el conjunto irundarra arrancó la competición, y lo hizo igualando ante la Gimástica de Torrelavega.
Todo el atractivo del debut liguero se quedó en la primera mitad, si bien esta no empezó de la mejor manera para el Real Unión. El conjunto irundarra sufrió un palo tempranero con el gol en propia puerta de Esnaola antes de los primeros diez minutos del choque.
?| ⚽ El GOL de Esnaola en propia portería (min 9, 0-1) anotado por la Gimnástica en su regreso a 2ªB #desde1907 pic.twitter.com/nlVFVep5us
— R.S. Gimnástica de Torrelavega (@RSGimnastica) 26 de agosto de 2018
Sin embargo, el conjunto fronterizo pronto se lanzó en busca del empate, y si bien le costó, lo consiguió al borde del descanso gracias al gol de Orbegozo, que hizo justicia en el marcador.
En la segunda mitad, el encuentro fue perdiendo fuelle y las ocasiones brillaron por su ausencia a pesar de los cambios que introdujeron ambos entrenadores. Eso si, el choque sirvió para que los aficionados desplazados a Gal pudieran volver a ver en acción a los hermanos Eizmendi.
El choque también sirvió para ver el estreno oficial de Julen Etxebaguren con la elástica txuribeltz tras firmar la semana pasada por una temporada. Etxebaguren venía realizando la pretemporada con el cuadro irundarra, con el que ha participado también en los encuentros amistosos de preparación.
Etxebaguren (Donostia, 7/03/1991) es un defensor de 1,89 metros de altura que jugó en la Real Sociedad B entre los años 2010 y 2014 para proseguir su carrera futbolística en tierras británicas donde participó en la lIga escocesa primero en East Fife de la League Two y posteriormente en el Dundee de la Premiership.
Por otro lado, junto a el fichaje de Etxabeguren, los servicios médicos del club, tras realizar las pruebas diagnósticas al jugador Mikel Azkoiti, confirmaron una rotura del ligamento cruzado que le obligará a pasar por quirófano tras el que sufrirá un largo proceso de recuperación, algo habitual en este tipo de lesión.