El 'Somo' de David Pereda va en serio. Se aferra al tercer puesto. Para no ser superado, para evitar la dentellada de la Real C, filial que va dejando cadaveres a su paso, ha sido preciso derrotar al Deusto, su hermano vizcaino de Etxezuri.
Tras su octava victoria, se queda a una 'rueda' del Sestao, un River que, luego de su 'ligero tropiezo' en Las Llanas ante el Beasain la semana pasada, se ha traído de Azpeitia una victoria de oro que le permite seguir a los cuatro puntos de ventaja que le dictó el Club Portugalete tras vencer en La Florida, distancia ratificada esta jornada tras traerse de Beasain una 'vagoneta' de tres puntos. Los tres primeros se llevan el gato al agua marcando un solo gol: la importancia de mantener la portería a cero.
El Santutxu de 'Marquitos' era, hasta hace dos jornadas, el equipo menos goleado, con 5 tantos recibidos en 11 partidos. Ha sido, sin embargo, recibir la visita de la Real C, y desplazarse a Ibaia, para que su puerta se tornara cual Averno, Cerbero en lugar de guardameta, horrible can de tres cabezas que ha permitido la entrada de ocho balones muertos para nunca más salir...
A causa de tamaña 'mortandad', el Santutxu, en dos encuentros, ha soportado ocho goles, castigo que llama la atención de manera brutal porque el portero de los de Maiona llevaba una media inferior a un gol recibido cada dos partidos. Resumiendo: 5 tantos en contra en los primeros once partidos; 8...¡en tan solo dos!...
Estadística de locura. Anormal. Antinatura. Un disloque de las leyes del fútbol cuya causa tal vez se le escape hasta al propio técnico del equipo rojillo. "Rachas", dirá Juan Carlos Marco 'Marquitos'. Sus dos derrotas consecutivas le han sacado de las plazas de play off desplazándolo hasta la sexta posición, con 22 puntos, pero a tan solo dos de su anteúltimo verdugo, el segundo filial de la Real Sociedad.
Presente en la matinal de San Jorge, el DESMARQUE BIZKAIA ha asistido a la enésima 'debacle' del Bermeo: 1-4-8-7-28-7. Parecen los números de la cuenta bancaria del cuadro 'txo'. Pero, no. Es su victoria, ¡una!; sus empates, cuatro; sus derrotas, ¡ocho!; sus goles a favor, siete, los que los rivales le han encajado de manera inmisericorde, ¡veintiocho!...y los pocos, poquitos, poquísimos puntos que ha acumulado en las trece jornadas de liga que ha consumido el grupo 4 de la Tercera División..
Pasó el Bermeo por La Florida con más gloria que pena. Causó buena impresión el equipo del que se ha hecho cargo el 'maestro' Pablo Turrillas. Maestro porque ha no mucho cogiera las riendas de un Sestao en Segunda División B: algo tenía Turrillas cuando el River lo bendijo para ocupar el banquillo de Las Llanas en un intento de salvar del descenso al equipo verdinegro. No lo consiguió. Pero gustó su trabajo, así en Galindo como en el estadio de la Alameda. Se le renovó...
Y cuando parecía que la cosa 'iba', con el Sestao aspirando a todo menos al naufragio, el veterano técnico de Deba, en un exceso, quizás, de auto exigencia, o por creer no estar a la altura de las circunstancias, puso su cargo a disposición de la directiva presidida por Castro. Dejó el Sestao River emocionado. Ni en sus mejores sueños. Tal vez temeroso de quedarse dormido y despertar empapado por el sudor frío de las pesadillas. Se retiró. Corto fue el descanso.
A uno le chocó que, tomando en cuenta su rico historial, se hiciera cargo del Bermeo. Quizás no de salida. Acaso el Bermeo lo había elegido para grandes empresas. Pero ha sido ver cómo las jornadas se consumían, y el Bermeo, como si nada, cuando la atención llamó a mi puerta para decirme: ¿Qué demonios le pasa al Bermeo de Pablo Turrillas?...
Mientras esta crónica se escribía, Pablo Turrillas entró en la antena de 'El Fútbolin' nocturno de 'la Popu'. Enredado en la escritura, apenas me llegó el lamento de un hombre que parecía preguntarse: ¿Qué he hecho yo para merecer esto?...¿Cómo es que, a estas alturas de mi dilatada carrera en la Tercera, con el 'Lagun' como equipo de cabecera, me encuentro en el fondo de un pozo que parece no tener fondo?...
No estando al tanto de cómo se confeccionó la plantilla que entrena, y el once que dirige, tan solo tengo a mano el testimonio de su fútbol que me legó en La Florida, y el de esta última mañana en el estadio de San Jorge. Y fiel al concepto que uno tiene de este hermoso juego, de sus modos y maneras, del trato que se le da al balón así en grupo como de uno en uno, me veo obligado a gritar que ¡me duele el Bermeo como si cuando juega y pierde fuera yo mismo el que jugara y saliera derrotado luego de cada lance y al final de la partida!...
En San Jorge, frente al Santurtzi, he visto a un equipo rojillo que trataba al balón como a su pareja más querida. Que se asociaba entorno a él como si fuera tribu dando vueltas alrededor de un fuego, buscando un calor que no encontraba, maldito Dragón, San Jorge y un hacha. Recibe uno. Se rehace y empata. Celebra el punto echando la pelota a un césped precioso y mojado. Se desliza el esférico...¿o es el propio jugador del Bermeo el que lo hace?...
Absorto en lo suyo. Ajeno al robo. Acaso ingenuo. Nunca malicioso. Xabi conduce y abre a la derecha. Kepa del Olmo controla. Se orienta. Cruza con la izquierda. Fusilamiento. Ejecución. Al Bermeo lo han matado. Y ya van ocho.
Me duele este equipo. Como si su derrota fuera la mía. Como si Pablo Turrillas fuera mi gurú. Mi doctrina. Mi profesor. Hoy quería romper una lanza por el Bermeo y su gente. Sus jugadores. Al mando, el buen Pablo. Maestro, estoy contigo. No sé si te vale mi dolor. Pero a mí me ha servido de consuelo. ¡Maldito fútbol!...Bendito...Maldito...Bendito...Maldito...Ben...¡Fútbol cruel!
Por Luis Mª Pérez García, 'Kuitxi'