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Aviron Bayonnais es TOP 14

Gontzal Sever

No era un golpeo difícil para un experto pateador como Martín Bustos Moyano, el zaguero internacional argentino de 34 años del Aviron Bayonnais (6 temporadas en el club): un poco escorado a la derecha según se miran los palos con forma de H y a una distancia de unos 25 metros.

Había chutado a palos con acierto en infinidad de ocasiones desde una posición similar, pero esta vez no era vez una más. Era una final, el marcador reflejaba un resultado adverso para su equipo (19-18) y era la última jugada. Así que todo dependía de la precisión del golpeo de su pie derecho.

Doce mil almas “ciel et blanc”, con sus txapelas, ikurriñas, banderas y camisetas tiñen de color azul y blanco las gradas del estadio Hameau de Pau y corean al unísono, “Argentina-Argentina-Argentina”, mientras Martín Bustos Moyano procede a colocar el oval sobre el tee.

Aviron Bayonnais, que no era favorito, asciende al ganar la ProD2, la segunda división francesa de rugby profesional, después de 3 eliminatorias contra Nevers, Oyonnax y Brive

El argentino Martín Bustos Moyano fue el héroe del Aviron Bayonnais en Pau.

Con calma, pausado. Con mimo, sin prisa. Acariciando el balón. Buscando su complicidad. Suena la bocina. El tiempo ha concluido. Los 80 minutos de juego se han consumido. Es la última oportunidad. No va más. Todo o nada. Cielo o Infierno. Héroe o Villano.

Las doce mil almas callan, tragan saliva, cruzan los dedos y se encomiendan a los Dauger, Belascain, Perrier…, mitos del rugby bayonnais, cuando el argentino se yergue e inicia la ceremonia del pateo, la del cortejo del oval y los palos: cinco pasos hacia atrás, despacio, con parsimonia, tres pasos hacia su izquierda, posición encorvada, piernas flexionadas, codos pegados al pecho donde su corazón y el del Petit Bayonne laten con fuerza.

Brazos recogidos en dirección oblicua al balón y las manos semicerradas y unidas, una sobre la otra. Mirada serena, primero a los palos, luego al oval, una vez más a los palos, una última al oval. Mirada que transmite tranquilidad, confianza. La procesión va por dentro.

Bustos Moyano comienza a caminar hacía el oval con paso firme y seguro mientras unos pocos aficionados de Brive, conscientes de que el argentino es un grandísimo pateador, uno de los mejores, silban.

Patea. El oval comienza a tomar altura y surca el aire del Estadio Hameau. Respiración contenida. Nervios a flor de piel. La dirección es buena. Sus compañeros saben que es buena. Los aficionados “ciel et blanc” sienten que es buena, y todos, jugadores, técnicos, directivos y aficionados comienzan a celebrarlo antes de que el oval atraviese los palos. Banderines arriba. Silbido de conversión y acto seguido los de final de partido, 19-21.

Mila esker Martín.

Aviron Bayonnais es campeón. Aviron Bayonnais es TOP-14.

Por Gontzal Sever, exjugador y expresidente del Universitario Bilbao Rugby, Presidente Peña Baiona AB 1904 sección Bilbao

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