Tras la derrota encajada por 5-1 en la pista del potente Alcorcón, el Bilbo FS se mide este domingo (12 horas) en el polideportivo San Ignacio al Penya Esplugues. Las de José Andrés Muñoz debutan esta temporada en la máxima categoría ante su afición en un choque en el que tratarán de sumar sus primeros puntos en un campeonato más que complicado.
Salvar la categoría -descienden hasta cuatro equipos- es el único objetivo de un club que compite en desigualdad respecto a la mayoría de rivales. Su próximo adversario no pudo arrancar el campeonato por aplazarse su encuentro debido a la gota fría que asoló Levante la semana pasada.
“El Penya Esplugues un equipo muy competitivo y la temporada anterior ya lo demostró. Tiene una mezcla entre veteranía y juventud y han fichado a la cierre internacional Isa García, que da un plus de seguridad. Berta Velasco también anda sobrada calidad de cara al gol. Y el resto dan el suficiente nivel para que sean un equipo intenso en defensa y con velocidad en transición, además de con capacidad de cara al gol. Aspiran a mejorar el rendimiento de la campaña pasada. Nosotras seguimos a lo nuestro, intentando mejorar las condiciones defensivas para ser más fiables. En el aspecto ofensivo aún estamos temerosas, y nos va a ser difícil crear ocasiones si no cambiamos”, sostiene José Andrés Muñoz, entrenador del Bilbo Fútbol Sala.
Además, desde la entidad bilbaína, lanzan una queja hacia Bilbao Kirolak. “A la ya de por sí imposibilidad, por ahora, de sumar ayudas económicas que nos permitan crecer, se une incomprensiblemente la reducción de nuestras horas de entrenamiento semanales en el polideportivo San Ignacio. No dudo que tendrán sus motivos, pero se antoja difícil de asumir cuando te han prometido medios para mejorar. Al final, te hacen pensar que solo ofrecen palabras, algo que a nosotras no nos alimenta ya que necesitamos hechos, colaboración y realidades que nos apoyen de verdad", lamenta el técnico.
"Nuestros horarios de entrenamiento en San Ignacio estaban ya cerrados con anterioridad a comenzar la pretemporada, así que no entendemos el por qué del cambio y de esa disminución, cuando incluso lo normal es que se hubiese dispuesto de más horas. Parece que molestamos, todo son pegas: que si no se pueden mover las porterías en los entrenamientos, entonces ¿cómo hacemos para jugar en espacios reducidos?…; que si no se puede subir a las gradas a hacer escaleras; tampoco tenemos un lugar tipo botiquín para el ‘fisio’; ni una sala para las sesiones de video que tenemos que hacer en el vestuario de las chicas. Todo esto, a las jugadoras les está perjudicando, ya que no ven respuesta al merecimiento de jugar en Primera División. ¿Esto es lo que nos iban a ayudar? No pedimos mucho, quizás eso sea el problema. Todo esto es desmotivador para todas, y esta desigualdad que afrontamos respecto a similares no es consecuente”, añade José Andrés Muñoz.